Micronesia en el Cerebelo

Rock, cine, comics, ciencia ficción, cervezologia y sueños rotos.

Monday, October 30, 2006

Especial Verhoeven Nº2: Spetters


"Sentía la necesidad de una auténtica ruptura. Quería regresar a la basura y la inmundicia, mirar a ras del suelo..."
"Mi actitud era dejarme llevar por un único objetivo: Reventarlo todo a mi alrededor"

(Paul Verhoeven)

Spetters, en argot holandés, significa "chicos de buen ver". Es esta una de las películas más polémicas, denostadas y odiadas de Verhoeven.
A mi me gusta, no se si a pesar de sus numerosos defectos, o precisamente por ser una obra imperfecta.
De estética feista y ochentera, con un score no menos ochentero, viene lastrada por reflejar unos personajes acérrimos del motocross(Hans, Rien y Eef), sumergidos en un mundo de fans y amateurs de las carreras que funciona como evasión de su realidad cotidiana y como promesa, ya que sueñan con ser profesionales. Tanta carrera, sin embargo, cansa un tanto.
Evasión y diversión que se vuelca también en el fenómeno "disco" de finales de los 70, y principios de los 80, y en el fantasma de John Travolta, que planea sobre toda la cinta como el héroe que ya no sabe ni puede rebelarse(como James Dean sí hizo en su día) sino que se refugia en la estética, la danza tribal, el ritual de caza sexual, para reafirmarse pese a no saber ni poder escapar del conformismo en su vida real. La escena en la discoteca es otro gran lastre.
Otras imperfecciones son el retrato generacional que ofrece, sesgado, no lo suficientemente inserto en la época(a pesar de los intentos vanos de captar el espíritu juvenil de aquel entonces). Como película generacional, Spetters fracasa estrepitosamente. El director lo plantea como un encarar la clase media baja en contraposición a una clase alta, intelectual, conservadora, adinerada. Frente a ellos, cuyos hijos universitarios no tenían las manos manchadas ni el futuro negro, Verhoeven pretende presentarnos a los cachorros de los Working Class Heroes. Hijos de granjeros, de ebanistas, de camareros, trabajando desde muy temprana edad, una juventud sin horizontes, desencantada, con pocos sueños que además se rompen pronto. Primarios, tanto en lo sexual como en lo intelectual, vulgares, incluso embrutecidos.
En Spetters se muestra lo sexual de un modo crudo, incluso hay una escena en que los protagonistas se miden los penes y los comparan. A la crítica tanta crudeza en el lenguaje y en el sexo explícito y desinhibido, no le sentó nada bien.
En otra escena en que Eef espía las relaciones de un chapero y su cliente en la calle, Verhoeven contrató a dos chaperos auténticos, y la felación (que apenas se ve, pero se intuye) realizada ante las cámaras era real, de tal modo que al gritar:-"Corten" ellos respondieron "todavía no hemos terminado".
La violación por turnos de Eef también levantó ampollas en su época.
El desarrollo de algunos personajes es abrupto. Se producen cambios psicológicos enormes (Eef y su orientación sexual) en apenas unos minutos de narración. Más que un fallo de guión, es falta de metraje para desarrollar la historia pausadamente.
Y el personaje de la chica. Fientje. Una mujer típicamente verhoeveniana, ambiciosa, traicionera, pero sin mostrar matiz alguno. Va deambulando entre los tres protagonistas, según piensa quién tiene más posibilidades de prosperar. Es un ser puramente parasitario, que funciona solo como motor, obligando a los personajes a actuar y avanzar, únicamente para conseguir así provecho propio. Uno llega a dudar de que esta mujer tenga sentimientos, y solo los muestra cuando, caminando por la calle, observa a través de los ventanales, los hogares y familias de los demás, con expresión de añoranza, tristeza y envidia.
Su utilización del sexo como arma, frente a su antagonista, Maja(la novia de Rien), que lo utiliza para intentar retener al hombre que ama, es incluso excesiva. Se lo monta con policías con tal de que no la multen. Es una mujer casi a un nivel de las de Russ Meyer. Anton Kolhaas, responsable del departamento que debía otorgarle una subvención a Verhoeven para la película, al leer el guión afirmó:
"Pienso que el personaje de Fientje no es más que una vulgar puta, por emplear el lenguaje que se usa en el guión."
Verhoeven venció su resistencia, dándole una versión corregida y puritana del guión, y rodándo en cambio lo que le vino en gana.
Sin embargo, las virtudes de esta película son muchas. Es una crónica certera del desencanto, del paso a la madurez, de forma a veces traumática. Es una proclama de los bellos sueños rotos, del despertar sexual alejado de todo romanticismo, más bien oscuro, sucio, torpe y poco acorde con las expectativas. Es un melodrama notable, un fresco de las emociones y las pasiones humanas, está repleto de un humor cruel y sutil, de personajes con enorme fuerza(sobre todo Rien, Hans Van Torgeren, el actor que lo interpreta, da una lección de contención en el dramatismo, frente al histrionismo a que Hollywood nos tiene acostumbrados ante las tragedias humanas retratadas con crudeza. Lo que puede parecer hieratismo e inexpresividad en el dolor, es una administración de recursos, un leve crescendo de la desesperación).
Es una película nada artificial, muy natural, rodada apresuradamente pero con oficio y sabiduría.
El pueblo queda reflejado como el cerco en que están encerrados los personajes, y las breves escapadas a la ciudad se mueven entre el mundo suburbial lleno de chaperos, macarras y obras en ruinas, y la plaza repleta de extraños, de seres ajenos al drama, en que Rien y Maja se reencuentran.
No puedo dejar de comentar detalles del argumento. Atacada por homófoba, el propio Verhoeven sufrió una agersión en un plató de Tv por parte de unos activistas, simulando la escena en que los protagonistas salen por la noche y atacan a un grupo de gays, y les pintan la cara a la fuerza con el lápiz de labios de Maja.
Sin embargo, esta escena es crucial. Nos muestra que los supuestos héroes de la historia están lejos de serlo, y nos muestra a un Eef que ataca aquello que le amenaza. Posteriormente, robará y apalizará a chaperos para poder irse del país, y tras una experiencia traumática, descubrirá su orientación sexual...
La religión queda malparada en esta película. El padre de Eef, un granjero ultrarreligioso, somete al joven a un régimen de terror y malos tratos. Cuando finalmente se enfrente a su padre, citando la biblia para ilustrar su pecado de sodomía, se completa el círculo. Sin embargo, el miedo sigue instalado en él, miedo a aceptarse como es, a vivir la vida que elija, a salir al mundo. Finalmente permanece en el pueblo y renuncia a sus sueños de viajar lejos.
La otra derrota en la esperanza es la de Rien. Un chico mimado por sus padres, dueños de un bar, que es un talentoso piloto de motocross obsesionado por el sexo. Fientje se arrima a él con su sexualidad agresiva como el primer y más claro candidato de éxito, alejándolo de Maja.
Un accidente acabará con todo eso. De Fientje nunca más supo. El reencuentro con Maja es amargo a más no poder, una escena en que ella está predicando con un grupo religioso(de nuevo la religión, un falso recurso para ahogar las penas) y le ve. Rien se ríe de ellos y clama que si Dios es tan misericordioso, le cure. Al final, en un plano lejano tomado desde arriba vemos a la diminuta figura de Maja, acercarse, y a Rien pasando de largo en su silla de ruedas.
Más tarde, convencido por ella, irá a un curandero-místico, en el que es su último sueño roto. El posterior intento de Maja de hacerle una felación sin éxito solo constata el estado de su fracaso.
La ironía y la furia con que Rien asume su condición se muestra en la llegada del joven al pueblo desde la clínica. Toca la banda de música, y le reciben todos...Era el recibimiento soñado como campeón de motocross, tornado en pesadilla. El Verhoeven más cínico se despacha a gusto en boca de Rien, al regalarle una silla de ruedas eléctrica, dice:-Ahora podré ser campeón de sillas de ruedas...
Pero finalmente es su obsesión sexual lo que lo conduce al abismo de la deseperación, autoinmolándose.
Finalmente Hans. El premio de consolación para Fientje, que tras Rien pretendió seducir a Eef, pero éste le salió rana. Hans es un mal piloto de cross, aprendiz de ebanista, es el pez pequeño en un estanque grande, el que va a remolque de los otros. El ingenuo, el pequeño Hans, de quién el piloto que más admira(Rutger Hauer) se ríe cuando lo invita a correr con él solo por el placer de verle pegársela una y otra vez, y grabarlo y emitirlo como contraste humorístico a su propio triunfo. Finalmente es el que se hace con un pequeño negocio con el dinero obtenido al vender sus motos y las que Rien le regaló al quedar impedido, y capta la atención de Fientje.
El final, en que Hans y Fientje parecen obtener un happy end, no es menos devastador en el fondo. No han madurado, solo se han rendido. No han encontrado la pareja ideal, solo se han conformado. No han perseverado en sus sueños, solo han sobrevivido.

5 comments:

Horrorscope said...

Pendiente de ver.

El Miope Muñoz said...

¡Magnífico estudio! Le seguiré con atención, he visto casi todo el Verhoeven primerizo y la verdad es que no fue para nada incoherente a posteriori a excepción de alguna película. Pero me sigue pareciendo un insobornable sátiro.

Anonymous said...

http://music.yahoo.com/ar-259327-videos--Oasis

¿Has visto el nuevo vídeo de "Acquiesce"? ¡Mola!

Dr.Benway said...

Desde luego hay mucho Verhoeven por descubrir...

David Martínez Fresneda said...

Yo he visto en Verhoeven un misogeno, que lo demuestra en gran numero de peliculas, la mujer siempre sale como malvada y es la fuente de todos los problemas.