Micronesia en el Cerebelo

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Friday, November 30, 2007

Metáforas Políticas: Olmert


"Si llega el día en que la solución de los dos Estados fracasa, y afrontamos una lucha al estilo surafricano por la igualdad del derecho al voto, el Estado de Israel habrá terminado" (Olmert)
Es lo más inteligente que he oido de un presidente israelí desde que mataron a Rabin.
Pone sobre el tapete la paradoja de que la existencia de Israel como estado confesional y eminentemente basado en una realidad racial y religiosa fracasará inevitablemente si continúan saboteando la creación de un Estado Palestino.
Dicho de otro modo, la política israelí es el principal obstáculo para asegurar la continuidad del estado de Israel.
Vivir conjuntamente y crear una sociedad no segregada no solo resulta difícil por el odio mutuo, sino que acabaría con la visión del pueblo elegido por Dios, del Estado Judío no como estado de ciudadanos, sino de feligreses (o cuanto menos, si no practicantes, si miembros de la matriz cultural propia).
Por fin un líder judío deja la hipocresía a un lado y pone de relevancia lo fundamental: El conflicto es la repugnancia hacia el otro, la necesidad de construir muros y dejar al otro lado el problema. El punto de estancamiento al que conduce la reluctancia a abandonar tierra sagrada y crear un vecino incómodo y potencialmente rival, frente al peligro mucho mayor del enemigo interior, como masa sin estado a la que integrar en el sistema concediendo derechos políticos y sociales, una fuerza demográfica hostil alojada en el propio estado, o atreverse a lo inconfesable: El deseo de ignorar, neutralizar, marginar, y eliminar esa fuerza hostil. Un appartheit. (Uno incluso mayor que el actual estado de aparcar el problema al otro lado de la muralla).
Y a pesar de ello, Rabin en su discurso del Nobel se refería a que "Conmigo aquí hay cinco millones de ciudadanos de Israel -- judíos, árabes, drusos y circasianos --".
Esa es tal vez la clave: Que un ciudadano sea un ciudadano. Y nada más.
Aunque esa oportunidad ya se perdió.

2 comments:

Anonymous said...

Es un tema complejo. La cuestión israelí va más allá de lo cosmético a lo que tan aficionados son los medios españoles y europeos. No sabría cómo calificar las palabras de Olmert. Básicamente, porque él fue el que más contrapartidas ofreció a los palestinos junto con Barak. La cuestión tiene una resolución lógica: la convivencia. Pero eso es imposible, al menos de momento. No sabría qué decir porque ni los israelíes son diablos ni los palestinos santos. De las cuatro guerras que han asolado la zona tres las comezaron los árabes y una fue una consecuencia lógica contra una agresión inminente. Tal vez la solución sea sencilla, pero es tan fácil mantener el estátus actual de estado enemigo... Para los árabes, Israel es una enemigo cómodo. Un invasor (como Marruecos, como Mauritania, como Irak, como Irán... por citar países árabes que invaden otros países árabes) sin entrañas que comete atrocidades basadas en el genocidio. Para Israel, los árabes son el enemigos atávico, sin problemas a la hora de matar inocentes sin ninguna razón. Debe haber una solución, pero la desconozco.

Mycroft said...

La oportunidad fue el momento fundacional del conflicto. Un solo estado no confesional para ambos, en paridad de derechos, contemplando en la constitución la singularidad de cada uno.
Hoy por hoy, eso es imposible.