Micronesia en el Cerebelo

Rock, cine, comics, ciencia ficción, cervezologia y sueños rotos.

Wednesday, February 23, 2011

1983-2011


Se cumple la efeméride... de la expropiación de Rumasa. Si Marx decía que la historia transcurre primero como tragedia y luego se repite como farsa, aquí hay mucho de ambos componentes en el deja vu empresarial...entonces y ahora...

No voy a añadir mucho más a lo que Paolo en su blog, y muchos otros en mil lugares, ya advertían (y era clamor, incluso la apática CNMV llegó a decir en su día que si pudiera metía mano, pero que las competencias eran las competencias).

No entraré en el fondo, solo una reflexión: ¿Qué responsabilidad tienen los periódicos en cuyas páginas se publicaron publirreportajes, los canales de TV que propagaron la promesa de duros a cuatro pesetas?

Muy seguros de su rol de flamígeros defensores de la verdad, muy críticos con el panorama de mediocridad política...Pero en los consejos de administración, en las redacciones, ¿no hay también un conformismo, una realpolitik, un mediocre acomodarse a según que pautas?

O no vieron la noticia que tenían delante, que todos intuíamos debía ser investigada, o, peor...la vieron y callaron, y dejaron que los incautos fueran estafados.

No todos los periódicos fueron subvencionados con la plata generosa del holding hoy en ruinas...pero la omertá no es sólo una regla política.

La verdadera y primaria información periodística es la corportativa. Lo demás, por desgracia, es propaganda.

1 comment:

alex said...

Lo que ha ocurrido es lo que debía ocurrir. El que la historia se haya coincidido en las fechas con la expropiación de la vieja Rumasa no puede ser casualidad sino una burla del azar. Las prácticas de un "empresario" que practica una gestión propia de la revolución industrial no podía colapsarse de otro modo que con un fraude a la vieja usanza (con pagarés, ¿se sigue usando eso?) consentido por los que le jalean más por haberse convertido en un símbolo antifelipista que por cualquier otra cuestión.

Ésto no ha terminado, me temo. De hecho, estoy convencido de que lo peor está por llegar...