Los sofistas

Espejos que no reflejan aquello que tienen delante, opacos. Se reflejan a si mismos.
Discursos autistas. ¿Hay debate? Monologos casi interiores, confirmaciones fugaces de que el pacto es imposible, para ganar hay que tener un enemigo, el otro es parte fundamental de mi discurso político, sin el otro yo no sería yo.
El vacío fundamental de las palabras escenificadas se complementa con la teatralidad de los gestos. El gesto es la palabra del que no tiene nada que decir.
¿Confrontación? Más bien un frente común de disensión. De acuerdo en estar en desacuerdo, pase lo que pase...
Sofistas modernos. ¿El perdedor? el tercero más votado sabe quién ha perdido: Él. Viva el bipartidismo. Cualquier cosa que no fuera ganar el debate es en realidad perderlo. Todo sigue igual.
Sería cómico si no fuera absolutamente frívolo. Lanzandose flemas en forma de zarpazos sociales, los problemas que volaban de un lado a otro de la mesa quedaban sobre ella expuestos sin que nadie hubiera dicho cómo solucionarlos...
¿Los precios? Arma arrojadiza contra el socialdemocrata...pero...¿Y la solución del contrario? No la hay. No la dice. Se la guarda.
Así fueron muriendo las palabras entre epítetos de patio de colegio (y tú más), con la pequeña ventaja socialista del que ha estado gobernando, y algo, bueno o malo ha hecho, y la pequeña o gran ventaja pepera del que no ha gobernado y se lava las inocentes manos (contraataque: Rajoy, exministro de casi todo, tampoco en su día fue el mesías mágico de nada)
Gráficos: El solipsismo de una ideología, la "cocina" de la realidad. Un gráfico puede demostrar que la realidad se equivoca. Incluso que no existe tal realidad.
El monopolio de la mercadotecnia: El clamor de la inmigración como bandera de guerra. Muy efectista viniendo de quién promulgó tres leyes de extranjería en pocos meses.
Papeles mojados de un fenómeno que va más allá de una socialdemocracia excesivamente triunfal, y un autoritarismo de derechas no necesariamente eficiente.
Sin leyes que puedan cumplirse, la autoridad no es nada, es menos que nada, es cero absoluto, es entrar por una puerta y salir por otra...
Tema estrella en el que se habla de instintos y no de soluciones, de sospechas y no sanciones a los empresarios irregulares, de expulsiones sin convenios con los países de origen...
El calor del debate sopló en las velas de Rajoy, que empezó heredando la derrota en economía de Pizarro, y se fue cogiendo, hasta que estalló el obús ("Usted agredió a las víctimas del terrorismo". Recordando a Bono fue más bien al revés. Y parecía una broma, cuando fue un calco a lo de María Sangil y la Díez).
Ahí se le fue la pinza, y perdió lo que estaba ganando.
Al final, empate a medias verdades, a sonrisas, a sondeos amañados y a palabras necias...

Bis: Efecto Pizarro:
Y Solbes se lo folló, se lo veía hasta suelto, al ministro.
Yo zapeaba, y hacía catas de tres minutos, para no embotarme...
Solbes iba preparado, y hablaba de datos. Pizarro hablaba del bolsillo de los currantes, y tocaba de oído, aunque el ABC lo tiene por vencedor...
Solbes hizo un pinza comparando la legislatura con los datos de la legislatura 2000-2004, tirando de la macroeconomía, y un par de índices más y se lo merendó.

Si desea saber más, Ottinger es su hombre.