Es de noche y los charcos dan vueltas alrededor mío como lobos hambrientos...llevo escrito en la cara que odio la lluvia, y sin embargo hoy casi me gusta, caminando al anochecer con un Jeff Buckley llorando en mis oidos(que gran compositor, qué pésimo nadador, pienso) haciendo que vea como por primera vez los edificios de esas calles en las que no reparamos por tenerlas vistas más de mil veces, diez mil veces. Amar tal vez es cuestión de suerte, observo en el autobús, mientras una chica que no conozco pasa de largo de mi vida, algunas personas tienen la necesidad de amar, pero no la capacidad de hacerlo...Leopardi escupió la frase y luego no pidió disculpas por ello...desde que la leí la tengo grabada a fuego...
Los charcos siguen rondandome, se que saltarán directos a la yugular, y las frías gotas me golpearán como se golpea a un boxeador acabado...
Despues de todo va a ser que si que odio la lluvia...
Perdonad el post anterior, es de un relato de Jack London...empezará a cobrar sentido más adelante
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