Micronesia en el Cerebelo

Rock, cine, comics, ciencia ficción, cervezologia y sueños rotos.

Sunday, July 01, 2007

El viaje de Victor


Cogí un vuelo chárter a Londres y el Dc-10 aterrizó en Gatwick. Cogí un autobús hasta el centro, llamé a una amiga del colegio que vendía hash, pero no estaba. Así que anduve por allí hasta que empezó a llover, entonces cogí el metro y volví a casa de mi amiga y me quedé allí cuatro o cinco días. Ví el cambio de guardia en el Palacio de Buckingham. Me comí un pomelo a orillas del Támesis que me recordó cantidad la funda de aquel album de Pink Floyd. Escribí una postal a mi madre que luego no mandé. Busqué un poco de heroína pero no la pude encontrar. Compré unas anfetas a un italiano con el que tropecé en una tienda de discos de Liverpool. Fumé mucho hash mezclado con demasiado tabaco.

Aunque todos hablaban el mismo idioma que yo, eran unos capullos. Llovía mucho, todo era muy caro, así que me fuí a Amsterdam. Un tipo tocaba el saxo en la Estación Central, que era bastante bonita. Me quedé con unos amigos en el sótano de otro. En Amsterdam también fumé un montón de hash, pero perdí casi todo el que me quedaba en un museo. Los museos eran fríos, me parece. Muchos Van Gogh, y los Vermeer eran intensos. Anduve por allí, compré un montón de galletas, un montón de arenques. Todos los holandese hablan inglés, así que no tuve que hablar nada de holandés, lo que fue un alivio.

Quise alquilar un coche pero no pude. Pero los tíos con los que vivía tenían una moto. Así que un día fuí a dar una vuelta en moto y vi un montón de vacas y patos, y canales. Aparqué al lado de la carretera, fumé hash y me dormí, desperté, escribí un poco, tomé ácido, hice unos cuantos dibujos y luego empezó a llover, así que fuí con la moto a Danalgo, a una residencia de estudiantes dónde había unos tíos alemanes que hablaban un poco de inglés, y luego volví a Amsterdam y pasé la noche con aquella chica alemana que era estupida hasta decir basta.

Al día siguiente cogí el tren a Kroeller, en Arhem, donde había toneladas de Van Goghs que no entusiasmaban. Me quedé colgado en el jardín de esculturas y traté de colocarme allí pero no tenía fuego y no conseguí encontrar ni una cerilla. Hice autostop hasta Colonia y me quedé en una residencia de estudiantes en Bonn que era La Peor Residencia de Estudiantes del mundo, dónde había un montón de chicos jodidos de verdad, y estaba demasiado lejos del centro de la ciudad, así que no pude hacer nada.
Tomé unas cervezas y luego me fuí al sur a través de Munich, Austria e Italia.
Me salió un viaje en coche a Suiza y dije: qué coño, por qué no. Terminé pasando la noche en una estación de autobuses. Anduve por Suiza pero hacía mal tiempo y todo era muy caro y no me encontraba a gusto, conque cogí un tren y me puse a hacer autostop. Las montañas eran enormes e intensas de verdad y las presas eran surrealistas. Encontré una residencia de estudiantes y luego me dirigí al sur con una pareja de treinta y pocos años que estaban en la residencia y se ofrecieron a llevarme. Pasé dos días en Suiza.

Luego cogí un autobús de Suiza a Italia, luego hice autostop hasta aquella ciudad en donde estaba aquella chica del college que ya se había graduado y de la que estuve enamorado o así, pero había perdido su número de teléfono y tampoco estaba seguro de que estuviera en Italia. Así que anduve por allí y conocí a aquel tipo tan cojonudo que se llamaba Nicola y llevaba brillantina en el pelo y unas gafas Wayfarer y al que le gustaba Bruce Springsteen y me preguntaba todo el rato si lo había visto en directo.

Fue precisamente entonces cuando me sentí como un idiota por ser americano, pero sólo por poco rato, pues me cogió al fin un francés en un fiat blanco que escuchaba a Michael Jackson a todo volumen. Luego estuve en una ciudad que se llamaba Brandis o Blandy o Brotto. Los niños tomaban helados, en todos los cines ponían películas de Bruce Lee, todas las chicas creían que yo era Rob Lowe o alguien así.
Todavía buscaba a aquella chica, Jaime. Me encontré con alguien de Candem que me dijo que ella estaba en Nueva York, no en Italia.

Florencia era bonita pero estaba demasiado llena de turistas. Tomaba anfetas sin parar y estuve tres días sin dormir andando por allí. Fuí a ese pueblecito, Siena. Fumé hash en las escaleras de aquella iglesia, el Duomo.Luego fuí a Milán, donde me enrollé con aquellos chicos en una casa. Dormía en una cama de matrimonio enorme con uno de ellos que no dejaba de poner a los Smiths y quería que se la menease, y aunque yo no estaba en ello, no tenía otro sitio adonde ir.

Roma era grande y sucia y hacía calor. Vi un montón de arte. Pasé la noche con un tipo que me llevó a cenar y tomé una ducha maravillosa en su casa, y me parece que valió la pena. Me llevó a un puente en donde al parecer, Héctor o alguien así derrotó a los Troyanos más o menos. Estuve tres días en Roma. Luego fuí a Grecia y tardé un día entero en llegar hasta donde sale el Ferry, que me llevó a Corfú. Alquilé un monopatín en Corfú. Perdí el monopatín y me fuí a Patras y luego a Atenas. Llamé a una amiga de Nueva York que me dijo que Jaime no estaba en Nueva York sino en Berlín y me dió su teléfono y dirección.

Luego fui a las islas, fui a Naxos, y llegué a la ciudad temprano de verdad. Usé un cuarto de baño y un tipo quería diez dracmas pero yo solo tenía deutsche mark alemanes y nada más, así que en lugar de eso le dí mi Swatch. Compré algo de pan, leche y un plano y me puse a caminar. Vi un montón de burros. Por la noche ya me había recorrido media ciudad. Descubrí un yacimiento arqueológico, pero perdí el sendero que iba siguiendo. Me coloqué mucho y contemplé la puesta de sol. Fue muy bonita, así que me dirigí al agua y me encontré con un tipo que había dejado Camden. Le pregunté dónde podía estar Jaime. Me dijo que en Skidmore o Atenas, pero no en Berlín.

Luego fui a Creta y me follé a una chica. Luego fui a San Torini, que era bonita pero estaba demasiado llena de turistas. Cogí un autobús hasta la costa sur, fui a Malta y me puse malo. Empecé a hacer autostop. Luego volví a Creta y pasé un día bañándome en aquella playa llena de alemanes. Luego anduve algo más. Eso fue lo único que hice en Creta, andar.

No sabía donde estaba. Todo estaba lleno de turistas, así que fui a aquella playa nudista. Me quedé allí, desnudo, tomé yogur y me bañé con aquellos dos yugoslavos que se quejaban de la inflación y querían que me hiciera socialista. Compré unas gafas y un tubo para bucear y cogimos pulpos, vivos, y los golpeamos contra una roca hasta que murieron, y nos los comimos. Conocí a un canadiense que había robado un coche y había estado en la cárcel, y hablamos de cómo iba el mundo, tomamos cerveza, cogimos más pulpos, tomamos ácido. Esto fueron tres días. El sol me quemó el culo y el pijo. Uno de los yugoslavos me enseñó a cantar "Born in the USA" en yugoslavo, y lo cantamos juntos muchas veces. Ya no había más que hacer, habíamos liquidado todos los pulpos, y yo había aprendido a cantar todas las canciones de Springsteen en yugoslavo, conque dije adiós y me fui de la playa nudista. Hice un poco de autostop, vi montones de burros, encontré un tebeo del Pato Donald en griego en el suelo.

En Grecia, haciendo autostop, me cogió un camión cargado de sandías, y aquel vejestorio se me quería tirar, y luego me atacaron unos perros. Todavía no sabía dónde estaba Jamie. Terminé en Berlín, pero aquella chica me dio una dirección equivocada.

Me quedé en otra residencia de estudiantes. Me gustó la arquitectura de la Bauhaus que en América aborrezco, pero allí quedaba bien. Hice algo más de autostop, fui a un montón de bares, conocí a un montón de punks, jugué muchísimo al ajedrez y un poco al billar, fumé hash. No pude conseguir un vuelo que me sacara de Berlín, así que volví a Amsterdam y dos negros muy bajos me atracaron en el barrio de putas.
(Bret Easton Ellis, Las reglas de la atracción)

2 comments:

Libertino said...

le tengo cariño a la peli, me parece una adaptación más acertada que American Psycho, por ejemplo.
¿el mejor Ellis visto en pantalla?

Bowie said...

no se puede dejar de leer a Easton Ellis una vez que empiezas, recientes estudios científicos lo han demostrado

de acuerdo con libertino

va el abrazo