Monday, April 03, 2006
Una pena en observación
Nunca sabe uno hasta qué punto cree en algo, mientras su verdad o falsedad no se convierten en asunto de vida o muerte. Es muy fácil decir que confías en la solidez y fuerza de una cuerda cuando la estás usando simplemente para atar una caja. Pero imagínate que te ves obligado a agarrate a esa cuerda suspendido sobre un precipicio.
Lo primero que descubrirás es que confiabas demasiado en ella. Pues con la gente pasa igual. Durante muchos años yo hubiera jurado que tenía una confianza absoluta en B.R. Pero llegó un día en que tuve que plantearme si confiarle o no un secreto verdaderamente importante. Eso arrojó una luz totalmente nueva sobre lo que yo llamaba "fiarme de él".
(C.S. Lewis, Una pena en observación)
Etiquetas:
Informes para la Academia
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
7 comments:
Pues si, al final, los amigos de verdad se cuentan con los dedos de una mano... y a veces sobran dedos.
En momentos "depres" me he parado a pensar en la gente que me importa, o en aquellos a los que puedo importar de verdad, y me sirve para apreciar más el cariño de estos, y centrarme en esta gente, que en muchas ocasiones los olvidamos, los menospreciamos, y damos por hecho su amistad.
waw que buen texto. es cierto la amistad verdadera es, digamos, más rara que diente de gallina...
Lewis no se refiere solo a los amigos, aunque como habeis visto su opinión al respecto es bastante clara.
Escribió esto en un momento devastador de inmenso dolor, y se plantea que no puede "fiarse" de nada ni de nadie, porque cuando te enfrentas cara a cara al dolor, a la muerte o a tus demonios estás solo, y ni amigos, ni creencias ni Dios. Como dice, no hay nada que pueda hacer que el dolor no duela.
Todo es como esa cuerda de la que creías que podías fiarte hasta que pierdes pie y debes agarrarte a algo para no caer al abismo.
Yo siempre intento dar el beneficio de la duda a la gente, pero como dice el texto, de pronto la confianza puede ser algo difícil de dar o recuperar...
Por cierto el crío de la foto el Lee Harvey Oswald.
Lo de la cuerda es absolutamente y 100% cierto. Tengo experiencia personal en eso. Al final decidí que no quería vivir sujeto de una cuerda. Ni de varias. Quería ser la misma cuerda.
Un abrazo!.
P.D. Labyrinth, que maravilla!.
Yo no confió en nadie. En mis treinta años de vida me han fallado miles de veces, y supongo que yo les he fallado otras tantas. Hasta la persona en la que más confias te dejará tirado según las circunstancias... Y no puedo culparles, ni quiero hacerlo.
Se lo dije en una ocasión a Miss Ice, buscamos aliados que puedan ayudarte en determinadas situaciones y los disfrazamos de amigos. Lo único que he aprendido en todo este tiempo es que estamos solos.
Oswald... o el tipo con más puntería del mundo. Todo ello con una mísera escopeta de balínes (así la definió algún experto).
La novela es de una belleza conmovedora.
No se disculpe por tonterías como esas, Miss Ice.
Y sí, creo que la edad es importante. El tiempo te cambia, y no es una cuestión moral sino química. La piel cambia, las conexiones neuronales se invierten, nuestro concepto de la realidad se mediatiza por las limitaciones que produce la oxidación... Es simple química.
Jamás pediría ayuda a un amigo, jamás. Sería la última persona a la que recurriría, se lo puedo asegurar. Creo que no expliqué bien el concepto de amigo-aliado, o no me entendió... Lo que buscamos es soporte, ya sea moral o material...
No crea que rehuyo una buena discusión (me gustan, siempre que sean respetuosas con las opiniones ajenas), pero corto ya, que el Sr. Mycroft se va a cabrear por utilizar su page como soporte de disputas ajenas.
Post a Comment