Hoy es jornada de protesta, pero también de reflexión: Nos estan imponiendo un modelo de Universidad, pero...¿Qué universidad QUEREMOS nosotros? Esa es la verdadera pregunta.
Personalmente soy pesimista, tiendo a pensar que la universidad viene a ser una especie de prolongación de la educación secundaria, una tregua confortable para los alumnos (sobre l
a miseria de la vida estudiatil ya escribieron los situacionistas), y una formidable maquinaria de pasar examenes, y aceptar no solo los metodos o las metas predefinidos por otros, sino el mismo debate que otros delimitan sobre cada materia en particular y la universidad en general.
Mi rector me ha enviado una nota. Pero esta escrita en orwelliana literatura de eufemismo...Permitanme traducir, no por estar especialmente inmerso en la voragine antibolonia, sino por estar especialmente dolido por el utilitarismo que impregna a esta corrupta institucion que es la enseñanza superior. Estudiantes, ocupen las bibliotecas, aprendan por si mismos, y que les follen:
1º.- El equipo decanal no ha autorizado el encierro ni comparte esta medida porque la considera absolutamente ineficaz, a la vista de que ni los centros ni la propia Universidad tienen capacidad de decisión sobre el proceso de convergencia, conocido como E.E.E.S.
Traducción:
El equipo decanal insiste en censurar una medida que pone de manifiesto su propia inacción. El equipo decanal considera necesario hacer saber que sin autorización no debe haber acción, no vaya a ser que se ponga en duda el principio de autoridad que rige su comportamiento. Bolonia es un "hecho consumado" al que es inútil oponerse.
Las cosas no cambian porque no tenemos capacidad para cambiarlas, no tenemos capacidad PARA CAMBIARLAS PRECISAMENTE POR CONSIDERARLAS INMUTABLES.
2º.- Nos parece rechazable cualquier medio de protesta que deteriore la imagen de la Universidad pública, produzca costes para la misma, e incluso pueda interferir en su normal funcionamiento. En este sentido el equipo decanal quiere comunicar que su actuación viene condicionada por las decisiones que al respecto se adoptan por el Rectorado de la Universidad. Por lo tanto, una vez que en el día de ayer (3 de noviembre de 2008) éste ha adoptado unas pautas de comportamiento para estas situaciones, se intentará garantizar que las mismas se respeten escrupulosamente.
Traducción:
Nos parece rechazable cualquier medio de protesta, independientemente de su eficacia, que no podamos monopolizar o controlar, que signifique una contestación evidente no solo al nuevo modelo mercantilista de educación, sino a la incapacidad de las autoridades academicas de oponerse a él con firmeza.
Cualquier protesta que altere el "normal funcionamiento" amenaza el status quo. El rectorado ya ha acordado un protocolo para el caso en que este mensaje no intimide a los estudiantes.
3º- De mantenerse la situación en los términos actuales el equipo decanal convocará una Junta de Centro para discutir la situación y adoptar cuantos acuerdos procedan.
Traducción:
Confiamos en disuadir la protesta en los términos elegidos por los estudiantes, de lo contrario tendremos que tomar decisiones, o aparentar tomarlas, por lo menos.
4º.- En todo caso queremos dejar constancia de que esta Facultad se ha pronunciado reiteradamente sobre el tema y su postura ha sido inequívoca a la hora de criticar los resultados que en el ámbito del Derecho está produciendo la forma en que se gestiona este proceso, que no facilita la convergencia entre las titulaciones de las diferentes Universidades, españolas y europeas y que conduce a un encarecimiento de la enseñanza pública.
Traducción:
En todo caso queremos dejar constancia de que esta Facultad no tiene el suficiente cinismo para negar la naturaleza del proceso en marcha, aunque nuestra critica es limitada: se limita a la "gestión" del proceso, sin observar que la intención del mismo ya implicaba tal gestión y tales consecuencias. Se obvia la gestión de las propias instituciones académicas y su resignada aceptación del grave hecho que reconocen: "que no facilita la convergencia entre las titulaciones de las diferentes Universidades, españolas y europeas y que conduce a un encarecimiento de la enseñanza pública".
Consecuencias del punto 4:
Si esto es así, como no cabe duda, cabe preguntarse por qué no hay una voz más firme que exclamé un "NO" por parte de la universidad. No puede consentirse que Europa sea la coartada, que en nombre del consenso se pase por encima de los interesados, que la democracia se convierta en una burocracia de rodillo a la europea.
Si el proceso es un hecho consumado, y Europa un simple mecanismo mas de imposición y coerción, esos dos hechos son razón de más para la contestación, para los encierros, para las protestas, y para que la Universidad se atreva a ser algo más que un foro de debate interno y endogámico: Hace falta un tipo de acción inequivoca que deje claro a la sociedad eso que la propia universidad, reitero, reconoce: Bolonia "no facilita la convergencia entre las titulaciones de las diferentes Universidades, españolas y europeas y que conduce a un encarecimiento de la enseñanza pública." La repetición no es casual. No puede permitirse el lujo de "dejar constancia" en notas internas enviadas a los estudiantes para cortar las alas a sus protestas. "Dejar constancia" simplemente, si es, en terminos del propio comunicado un "medio de protesta que deteriore la imagen de la Universidad pública".
Si eso es, a estas alturas, posible.
Conclusión:
Es el momento de preguntarse si a este moribundo deshauciado le seguimos recetando placebos y tratamientos conservadores, o si una sesión un poco más invasiva, un poco más estrepitosa, un poco menos acomodada, puede ayudar a salvarlo.
1 comment:
Imprímelo, pégalo en las paredes, hazlo panfleto, date el gustazo de que te oigan y pide que razonen el porqué del desquicio. Lo de que la universidad es una prolongación placentera de la Secundaria (de otros niveles antaño) me parece atinado. Lo aplico en primera persona. Cada día estoy más contento de haber pasado esa etapa y estar viviendo (en la enseñanza, en otro ámbito) otra. Eso es lo malo: sentirse, de alguna manera, dentro y ver el despilfarro de recursos y la apatía funcionarial.
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