Micronesia en el Cerebelo

Rock, cine, comics, ciencia ficción, cervezologia y sueños rotos.

Saturday, December 15, 2007

El Círculo Cerrado


Si tenía fe en un libro, era en la obra de Jonathan Coe. Era casi imposible que la segunda parte de El Club de los Canallas malbaratara todo el encanto, la perspicacia y la magia de aquellos personajes y de la crónica de un tiempo (la Inglaterra de los 70) hilada con un mimo y una inteligencia inauditas: con paisajes de fondo, posters de ídolos caídos, sindicatos, terroristas, fervor punk, nostalgia, y el pre thatcherismo en el horizonte.
El empeño de Coe, se intuía, era coger a aquellos chavales y mostrarnos lo que la vida o el tiempo nos va haciendo: Dónde quedan aquellas ilusiones juveniles, los sueños, las amistades perdidas, los escrúpulos traicionados o recuperados...La vida en estado puro.
Coe falla estrepitosamente, porque, a diferencia de nosotros sus lectores, Coe no ama a sus personajes. O por lo menos no incondicionalmente.
Prefiere perderse en una maraña de personajes a los que maltrata, utiliza, o ignora futilmente. Los hace bailar como polichinelas para representar o mostrar dos obsesiones personales, una bien resuelta (y es lo mejor del libro, aunque con una gran salvedad) y la otra es un error de bulto.
Este es un libro sobre el nuevo laborismo ingles. Ocupa un espacio vital del libro, cuando debería ser un aderezo de fondo. Lo retrata a través de un personaje tan discutible, y controvertido, como Paul Trotter, con diferencia, el más vivo e interesante de esta segunda parte.
Un tipo pragmático obsesionado con la privatización, antiguo conservador infiltrado en las filas blairistas. Significativo cuando vota la participación en Irak, en contra de sus pocos principios, para poder pasar más tiempo con cierta persona.
Y la otra obsesión: Esa manera de forzar la propia coherencia interna de la historia para mostrarnos de forma Austeriana las ironías del destino, mostrándonoslo de la peor forma posible: sacrificando a sus mejores personajes, a Benjamin Trotter en concreto, a Paul Trotter, a Malvina.
(Inciso- Incluso salvando esto: Benjamin acaba siendo demasiado una sombra de si mismo: Refleja a la perfección el hombre enamorado de un ideal de mujer, engañado por si mismo y su sueño irreal de lo que fue Cicely, conformado con una vida provisional y totalmente desorientado...Pero eso no quiere decir que la historia de una sombra sea interesante)
Y lo que acaba haciendo es reescribir su novela "La casa del sueño" con sorpresa final incluida, por encima de ésta. Y lo que entonces funcionó, chirría.
Pero no debería sorprendernos. Ya desde la magnifica "El club de los canallas" venía maltratando a personajes como Philip Chase o Claire. A los que se suma aquí un desdibujado Doug Anderton (tan interesante fue, el aprendiz de periodista que se siente traidor a su padre sindicalista al descubrir su ansia arribista).
O el caso, totalmente fuera de lugar, de caricaturizar cruelmente a un personaje como Sean Harding tan solo para hacer un (efectivo e interesante) pero totalmente superficial panfleto de dos páginas sobre la extrema derecha inglesa.
Sean Harding, el niño solitario y cínico, sarcástico, divertido, y dolido por la represión materna, de la primera parte, merecía mejor trato incluso convirtiéndose en el eremita fanático de la segunda parte: Merecía tratar su evolución en algo más de dos páginas, con un poco más de tacto, de tridimensionalidad.
Porque si todo acaba en una metáfora política en que se cierran tramas abiertas, se atan cabos, se juega con el lector, y se obvia a los personajes, la ajustada metáfora sobre la vida se acaba en la primera página.
Ese acaba siendo el cículo cerrado: un lastimero "¿Qué pasó con...?" sin entidad independiente ni un interés especial.
Es una lástima, por la primera parte, por el talento de Coe, porque podía haber sido un libro muy grande...Incluso así es una buena lectura, pero en algún momento la desmedida ambición de Coe de hacer algo generacional le ha hecho perder toda sutileza y toda perspectiva.

4 comments:

Libertino said...

Hostia, te has pasao en RYM con Rivers...
¿Qué esperabas de un home recordings?
Buuuuuuuu
PD: No he podido escucharlo todo, solo un par de temas. Suenan como el culo, quizás habría que retocar o debería haber regrabado alguno de los temas, yo que sé.
En abril mejorará la cosa con la W, ya verás...

Libertino said...

Suena ojete, es cierto.

pero creo que hay un temazo en Crazy One

Bowie said...

lo de las segundas partes, ¿por qué se cumplira casi siempre? le tenía echado el ojo y te agradezco el análisis, el resumen, las valoraciones

he leído sobre tu viaje a Italia. No he estado allí nunca. Hal algo que me dice que no me va a gustar, que sólo me apasionarán los monumentos de Roma y Florencia, que Venecia me fascinará, pero que los italianos no. Creo que son una mala versión de sí mismos, como todos los pueblos que dominaron Europa, la Europa antigua, y hoy son tan poco. Como nosotros.

va el abrazo, ah, y Happy Xmas

Anonymous said...

Dura crítica de un libro que no he leído. No sabría cómo reaccionar, porque "El Club de los Canallas" me gustó. Habrá que leerlo y olvidar tan dura reflexión para no estar contaminado al hacerlo. Cosa que haré (leerlo) en cuanto baje de precio, que con "En Picado" de Hornby y las compras navideñas, estoy sin un duro.