Rock, cine, comics, ciencia ficción, cervezologia y sueños rotos.
Wednesday, June 06, 2007
El futuro no es lo que era...
Las utopías no emanan ya, en efecto, del interior de las personas, sino de fuera de ellas. Este tipo de utopías -si se quiere mantener el nombre- conduce, por lo demás, a una nueva situación social, en que las utopías colectivas se ven reemplazadas por utopías individuales. Y la utopía individual tiene otro nombre menos bello pero también muy eficaz: el éxito. Es necesario preguntarse si la cuestión de las utopías no es simplemente más que el seudónimo actual de esa búsqueda radical, radicalizada, de nuestro tiempo: la caza del éxito. Eso plantea, por lo demás, la cuestión crucial de saber que deviene la utopía de la sociedad solidaria en una sociedad que, precisamente, se quiere, ahora mismo, regida por esa tendencia a la des-solidarización. Porque todo ocurre como si la sociedad estuviese cambiando de estado de agregación. Como el agua que, bajo el efecto del calor, pasa de hielo a estado líquido y después a vapor, algo comparable se produce actualmente en la sociedad: pasando al estado de evaporación, sus partículas elementales se liberan. Me parece que se trata de una tendencia innegable del tiempo presente: los lazos y los valores se redefinen hoy en una tendencia a la inestabilidad creciente… Me parece que lo que dice se ejemplifica bastante bien, en Francia, en la nueva ruptura que aparece entre quienes han hecho la elección de la mundialización neoliberal y tienen éxito en ello, y los otros, los que no llegan a hacerse con la nueva idea central de la modernidad. (Peter Sloterdijk)
gwInteresante reflexión que puede extrapolarse en muchos ámbitos. Limitándolo a la política, observo, no sin lástima, pues aunque me confieso y soy apolítico no puedo renegar de mi formación izquierdista y mis raíces obreras, que la izquierda tiende hacia la radicalización frente al auge de un conservadurísmo, a su vez, cada día más radicalizado. Algo más patente en unos lugares que en otros. Por otra parte, la derecha francesa ha sabido vender una idea que la española está lejos de asumir. De ahí el éxito de una y el fracaso de otra. Predicando crispación y miedo (debería ver los vomitivos informativos de Telemadrid) terminarán por generar más crispación y miedo. Tal vez sea ese el mundo que buscan construir: el mundo de los policías-jueces.
Y sin embargo yo pienso, sigo pensando, que el enfrentamiento esta escenificado: No pactado de forma explícita, pero si implicita: Para una verdadera radicalidad, al menos radicalidad intelectual (a la manera Sloterdijk, que grande su "temblores de aire". Aunque es efectista y populachero y lo sabe. Por eso funciona) habría que darse una ideologización verdadera, desde el pensamiento y la reflexión de lo que es el mundo y cómo mejorarlo. Aquí solo veo pandilleros del West Side Story. Los míos contra los tuyos, diferentes solo en apariencia. A la izquierda le falta algo indispensable. Independientemente del aburguesamiento material, el intelectual es patente: Tienen que repensar el mundo y la propia izquierda desde nuevos valores, nuevas ideas. O dejarán de ser algo más que una pieza de museo movida por la inercia del siglo XX.
Por cierto, la última frase esta mal: " O no dejarán de ser..." para ser más exactos. Faltaba la negación. Telemadrid tiene en Canal Nou un espejo en el que mirarse. Mirar su informativo es ver un nodo presidencial y triunfal que me pone físicamente enfermo. Y se de buena tinta que muchos profesionales que allí trabajan tienen reparos morales en venderse cual putas baratas. "We are all prostitutes" que decía Gang of four. Sobre Sloterdijk, le gusta la polémica y la prosa adornada con brillantina más que a un tonto un lápiz. Pero es ingenioso, inteligente, inquisitivo, y huye de los clichés. Este texto no trataba de Sarkozy, era anterior, pero sirve para muchas cosas, y tal es así que en otro blog le he dado otro sentido al colocarlo en un contexto informativo distinto... Como experimento...
Muy interesante esta reflexión sobre las utopías y de donde provienen. La verdad es que desconocía estas palabras que trataré de releer para comprender con más tranquilidad. Saludos!
Matizando lo que dije, la involución de la izquierda española hacia unas posturas cuasi románticas que recuerdan el mayo francés del 68 (hablando de utopías) es evidente. Se habla altiva e inocentemente de alianza entre civilizaciones cuando somos incapaces de llevarnos bien con el vecino con el que convivímos desde que se hizo la luz. Recuerdo haber leído en los libros de texto de mi hermano mayor una encendida defensa del socialismo a la sueca como alternativa única para la humanidad. Eso de tomar partido en un libro de texto (que debe ser educativo y por lo tanto debe de evitar los juicios de valor) es tan absurdo como la propuesta en sí. La izquierda se está anquilosando, porque aburguesada lo está hace décadas. Necesitan hacer honor a la progresía de la que presumen mientras hallanan el camino a los reaccionarios que aprovechan las cuestiones sociales básicas para amedrentar: inmigración, delincuencia, paro... La manipulación de la masa a través del miedo siempre funcionó a lo largo de la historia, desde Atila hasta los terroristas fundamentalístas de cualquier índole que actuan hoy día. Ante el descreimiento social creciente la única alternativa del individuo pasa por la utopía, Mycroft. El éxito personal del que habla Sloterdijk. En otras palabras, y con esta frase podría haberme ahorrado toda esta inútil parrafada, sálvese quien pueda.
Volvemos a las máximas Nietzscheanas de las masas prescindibles, a ley de la jungla. Si es que alguna vez la abandonamos.
No en vano podría decirse que Sloterdijk siempre quiso ser Nietzsche. Llegó tarde, pero se impregnó de la prosa intempestiva, poética, improvisada y poco formalista de su modelo... En cuanto a la utopía centrada en el individuo, esta muy bien, realizarse y llegar a ser el que eres, pero hoy no se centra en eso sino en un éxito social: Vivimos en un modelo tribal de prestigio material y no intelectual, y la rendición de la izquierda a sus viejos clichés reducen la preocupación social, socialista o simplemente el modelo utópico a escala colectiva a tics paulovianos. En cierto modo percibo una involución: La derecha no necesita modernidad, porque se basa en la gestión y en el modelo económico capitalista desde Adam Smith hasta hoy. (Me hace gracia que se invoque desde la derecha a los liberales cuando muchos eran realmente "anarquistas de derechas" bastante reacios a reconocer autoridad al estado). En cambio la izquierda debe replantearse continuamente a si misma, y hay un desgaste: El prestigio de dogmas de fe en cada corriente la anquilosa y la hace lenta e inamovible. ¿Cúantos grandes teóricos ha tenido la izquierda en los 80, en los 90, ahora? Pocos.
Mutando desde 1981. Rock, Pop, cine, comics, literatura, filosofía, conspiranoias, cyberpunk, y tecnomisticismo. Explorador de sensaciones, romántico y cínico, especialista en venenos rápidos, pluma mercenaria, sindicalista, anarco-socialista, utopista
7 comments:
Hombre ha escogido usted a uno de los pensadores más verdaderamente subversivos de los últimos tiempos.
gwInteresante reflexión que puede extrapolarse en muchos ámbitos. Limitándolo a la política, observo, no sin lástima, pues aunque me confieso y soy apolítico no puedo renegar de mi formación izquierdista y mis raíces obreras, que la izquierda tiende hacia la radicalización frente al auge de un conservadurísmo, a su vez, cada día más radicalizado. Algo más patente en unos lugares que en otros. Por otra parte, la derecha francesa ha sabido vender una idea que la española está lejos de asumir. De ahí el éxito de una y el fracaso de otra. Predicando crispación y miedo (debería ver los vomitivos informativos de Telemadrid) terminarán por generar más crispación y miedo. Tal vez sea ese el mundo que buscan construir: el mundo de los policías-jueces.
Buena elección de la ilustración, Mycroft.
Y sin embargo yo pienso, sigo pensando, que el enfrentamiento esta escenificado: No pactado de forma explícita, pero si implicita: Para una verdadera radicalidad, al menos radicalidad intelectual (a la manera Sloterdijk, que grande su "temblores de aire". Aunque es efectista y populachero y lo sabe. Por eso funciona) habría que darse una ideologización verdadera, desde el pensamiento y la reflexión de lo que es el mundo y cómo mejorarlo.
Aquí solo veo pandilleros del West Side Story. Los míos contra los tuyos, diferentes solo en apariencia.
A la izquierda le falta algo indispensable. Independientemente del aburguesamiento material, el intelectual es patente: Tienen que repensar el mundo y la propia izquierda desde nuevos valores, nuevas ideas. O dejarán de ser algo más que una pieza de museo movida por la inercia del siglo XX.
Por cierto, la última frase esta mal: " O no dejarán de ser..." para ser más exactos.
Faltaba la negación.
Telemadrid tiene en Canal Nou un espejo en el que mirarse. Mirar su informativo es ver un nodo presidencial y triunfal que me pone físicamente enfermo. Y se de buena tinta que muchos profesionales que allí trabajan tienen reparos morales en venderse cual putas baratas. "We are all prostitutes" que decía Gang of four.
Sobre Sloterdijk, le gusta la polémica y la prosa adornada con brillantina más que a un tonto un lápiz. Pero es ingenioso, inteligente, inquisitivo, y huye de los clichés.
Este texto no trataba de Sarkozy, era anterior, pero sirve para muchas cosas, y tal es así que en otro blog le he dado otro sentido al colocarlo en un contexto informativo distinto...
Como experimento...
Muy interesante esta reflexión sobre las utopías y de donde provienen. La verdad es que desconocía estas palabras que trataré de releer para comprender con más tranquilidad. Saludos!
Matizando lo que dije, la involución de la izquierda española hacia unas posturas cuasi románticas que recuerdan el mayo francés del 68 (hablando de utopías) es evidente. Se habla altiva e inocentemente de alianza entre civilizaciones cuando somos incapaces de llevarnos bien con el vecino con el que convivímos desde que se hizo la luz. Recuerdo haber leído en los libros de texto de mi hermano mayor una encendida defensa del socialismo a la sueca como alternativa única para la humanidad. Eso de tomar partido en un libro de texto (que debe ser educativo y por lo tanto debe de evitar los juicios de valor) es tan absurdo como la propuesta en sí. La izquierda se está anquilosando, porque aburguesada lo está hace décadas. Necesitan hacer honor a la progresía de la que presumen mientras hallanan el camino a los reaccionarios que aprovechan las cuestiones sociales básicas para amedrentar: inmigración, delincuencia, paro... La manipulación de la masa a través del miedo siempre funcionó a lo largo de la historia, desde Atila hasta los terroristas fundamentalístas de cualquier índole que actuan hoy día. Ante el descreimiento social creciente la única alternativa del individuo pasa por la utopía, Mycroft. El éxito personal del que habla Sloterdijk. En otras palabras, y con esta frase podría haberme ahorrado toda esta inútil parrafada, sálvese quien pueda.
Volvemos a las máximas Nietzscheanas de las masas prescindibles, a ley de la jungla. Si es que alguna vez la abandonamos.
No en vano podría decirse que Sloterdijk siempre quiso ser Nietzsche.
Llegó tarde, pero se impregnó de la prosa intempestiva, poética, improvisada y poco formalista de su modelo...
En cuanto a la utopía centrada en el individuo, esta muy bien, realizarse y llegar a ser el que eres, pero hoy no se centra en eso sino en un éxito social: Vivimos en un modelo tribal de prestigio material y no intelectual, y la rendición de la izquierda a sus viejos clichés reducen la preocupación social, socialista o simplemente el modelo utópico a escala colectiva a tics paulovianos.
En cierto modo percibo una involución: La derecha no necesita modernidad, porque se basa en la gestión y en el modelo económico capitalista desde Adam Smith hasta hoy. (Me hace gracia que se invoque desde la derecha a los liberales cuando muchos eran realmente "anarquistas de derechas" bastante reacios a reconocer autoridad al estado).
En cambio la izquierda debe replantearse continuamente a si misma, y hay un desgaste: El prestigio de dogmas de fe en cada corriente la anquilosa y la hace lenta e inamovible.
¿Cúantos grandes teóricos ha tenido la izquierda en los 80, en los 90, ahora?
Pocos.
Post a Comment