Micronesia en el Cerebelo

Rock, cine, comics, ciencia ficción, cervezologia y sueños rotos.

Saturday, June 16, 2007

Panerofobia


Hoy cumple años uno de los pocos (yo diría que poquísimos) poetas de auténtico talento que ha dado este país.
Leopoldo María Panero.
La locura es un grado de lucidez que hace daño, una lógica no aristótelica (No-A, que diría Van Vogt) que le destruye a uno desde dentro, y destruye a los que le rodean. Un egoismo de la mente que se abstrae de toda realidad para solo ensimismarse en su propio reino cenagoso.
Lo más duro de estar maldito (si es que es un maldito. Yo creo que es solo un hombre, imperfecto, roto y quebrado. Lo demás es leyenda y publicidad) es sobrevivir a la maldición, cargar con ella.

DIARIO DE UN SEDUCTOR

No es tu sexo lo que en tu sexo busco
sino ensuciar tu alma:
desflorar
con todo el barro de la vida
lo que aún no ha vivido.

"El que no ve" 1980


4 comments:

Anonymous said...

Le descubrí a los dieciseis años, a través de aquel esputo de celuloide titulado "El Desencanto", una de las mejores películas que ha generado el cine español. Después pude leerle pero ya le conocía sin saberlo. Me le crucé cientos de veces siendo niño. Como dentro de un par de horas pasaré por allí, esta misma noche le envío alguna foto de la ventana en la que se consumía cada tarde pidiendo cigarrillos a todo el que pasaba.

Al menos consiguió ser libre escribiendo. La mayoría de los artístas no lo son (a la hora de crear) y ni siquiera lo saben.

Yukio Seki F1 said...

Es cierto que el Desencanto es un ejercicio de cine bien hecho (y además español!), pero hay que decir que tanto los actores principales como los secundarios daban una fuerza apocalíptica al film. Los dos Paneros deberían haber sido nominados para (como mínimo) los Goya ¿no?

Mycroft said...

Yo soy mucho más admirador de la segunda parte de "El desencanto", "Despues de tantos años" de Ricardo Franco, que retoma la historia...Como decía Douglas Sirk un drama es mucho más terrible que una tragedia: En el drama, la vida continua.

Anonymous said...

Me temo que no existían los Goya en 1975. En cualquier caso no hubiese ganada más que el premio al mejor documental (con suerte). Los académicos de toda época comparten ceguera.

La continuación de Ricardo Franco es muy buena, pero le falta el impacto que posee la de Chávarri. Últimamente no hago más que acordarme de él (Ricardo Franco), tendré que dedicarle unas palabras para exorcizar viejos fantasmas.