Teóricamente la última película de Anthony Mann. En realidad la ópera prima de Laurence Harvey, ya que Mann murió súbitamente con el rodaje en marcha y sin posibilidad de posponerlo.
Harvey, protagonista, asumió los mandos de un guión deudor de graham greene y de cierto cine de guerra fría, paranoide, en el que Harvey, veremos, tenía cierta experiencia.
Se nota una obra primeriza, en cierto modo insegura, autoparódica, y que trata de conjugar el cine de espías, el swinging London y la comedia británica sin conseguirlo. Brilla en la pura trama de suspense, sospechas, agentes dobles, infiltrados, traiciones...
Harvey hace de un espía ruso infiltrado en el MI5 que se verá arrastrado al descubrirse su red. Se le encargará seguirse la pista a si mismo (desconocen el rostro del espía principal) en un tour de force de paranoia y sospecha.
El espía ruso mofinómano, cómplice de Harvey, que se sabe condenado, la pérdida de idealismo, la cruel indiferencia de los superiores que manejan los peones como marionetas. Hay un logro en esta película, el miedo, la soledad que los ojos de Harvey transmiten, el estar siempre intranquilo, extranjero entre los británicos y extranjero entre los rusos, utilizado por todos.
Rizando el rizo, debe detectar al agente doble que es él mismo: Proporcionar un cabeza de turco o pretenderlo mientras trata de huir (huida prohibida por sus superiores rusos).
Harvey esta en un cul de sac, y es ese desasosiego Kafkiano lo mejor de este cine hecho con oficio, tal vez supliendo una visión personal: Harvey rueda de memoria aquella película que a Frankenheimer le salió redonda (Manchurian Candidate) o por lo menos una variación.
Pero este guión tiene un cáncer que lo corroe: En lugar de una femme fatale bondiana, aparece, en un cúmulo de casualidades, una muchacha hippie que se mezcla en la vida de Harvey y le da humanidad, haciendo más insondable el abismo al que se enfrenta. El hecho de que la misma e inocente artista de pelo corto pueda ser una espía es lo de menos. Su papel, absurdo, poco relevante, nada matizado, es una subtrama que destruye lo que Harvey había construido con la ayuda de un antagonista de excepción: Un ambiguo, a ratos aparentemente brillante, a ratos rematadamente estúpido Tom Courtenay (La soledad del corredor de fondo) como agente británico que vigila a Harvey.
Ese personaje femenino, perpetrado (sospecho que por jugada comercial) por Mia Farrow casi destruye todo el entramado, y el final, precipitado por falta de dinero, y por un bajón de ritmo, solo remonta en parte con la desesperada acción final de Harvey.
Laurence Harvey murió relativamente joven. No dirigió ninguna película acreditado. A todos los efectos A dandy in aspic es una película de Anthony Mann.
Excepto en el que cuenta.
2 comments:
Es la segunda vez que veo una referencia a "Sentencia para un dandy" en la red. Y esa primera ocasión no es atribuible, por una vez, a Budokan, autentico arqueólogo de joyas ignotas.
La vi hace mucho tiempo y con mucha desgana, Mycroft. Me pareció inválida narrativamente y acomplejada estéticamente. Mi mayor recuerdo posiblemente sea la desvalida presencia de Mia Farrow, el resto se ha perdido entre pliegues de tiempo de mi memoria. Es, en cualquier caso, una película que debo recuperar. No la vi en las mejores condiciones y tal vez ello influyó en mi juicio.
Posiblemente sea Harvey en un olvidado a reivindicar. Siempre me pareció un duro tierno o un blando aguerrido. Demasiado voluble para ser una estrella. Su presencia tenía algo que trascendía a su estandarizado físico pero no sé que es. En realidad nunca le presté demasiada atención.
Que duda cabe que es una peli menor. Un tanto improvisada, con un guión descompensado que afecta al tono y ritmo, y un director primerizo que hace lo que puede.
Lo que hizo kitano en Violent Cop, hacerse con la peli por accidente y personalizarla, es muy difícil.
Harvey capea el temporal y logra momentos de imperfecta tensión realmente conseguidos, aunque se le vea la impericia y el plagio (Topaz, manchurian candidate, nuestro hombre en la habana).
Harvey actor fue desaprovechado en la serie B, pero en manchurian candidate y en "Un lugar en la cumbre" sobre todo dio el do de pecho y demostró que tenía madera para más, pero que su frialdad inglesa lo había encasillado.
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