I
El chico era flaco, de unos doce años. Los vecinos dijeron a la policía que era callado y amable.
Que manera de enterrarle a uno con dos adjetivos. Callado y amable. Callado y amable. Si los repites diez, cien, quinientas veces, acaban por no significar nada.
El chico se levantó aquella mañana con el pelo revuelto y la cabeza un poco confusa. Su cuarto era una enorme extensión de terreno con cuadros, posters, máquinas recreativas, una canasta. No era la casa de Michael Jackson, pero casi.
Bajó a desayunar en pijama. Su hermana comía los cereales mientra pintaba un pato en una hoja. Quien pudiera conformarse con un pato en una hoja para ser feliz. Desayunaban en un enorme comedor, con una mesa de roble que los separaba. Todo era blanco, los techos estaban a cuatro metros de altura. Aparte de la mesa y dos sillas no había nada más en aquella enorme sala de cien metros cuadrados.
-Come rápido, llegas tarde-dijo el chico.
-¿Y tú?¿No llegas tarde?
-No, hoy no hay clase para mí-dijo sirviéndose una copa de vino. Su hermana abrió mucho los ojos.
-¿Qué haces? Como se entere mamá...
-¿Qué?¿Vas a decírselo tú? Me importa una mierda. Llegas tarde.
El criado llevó a su hermana a la escuela. Él debía estar ya en el instituto.
Una hora después seguía allí en pijama. Le abrió al masajista de su madre en pijama. Abrió al tipo que reformaba el gimnasio de su padre en pijama. Se fue de la casa en pijama.
El chico había estado en muchos lugares. Le habían echado de todos ellos. De Suiza. De la India. Intentó convencer a sus padres de que valía para algo. De que era alguien. Intentó convencerse a sí mismo. Así que esa mañana cogió la pistola de su padre. Su padre no la sabía usar. Nunca la había usado. Y si tuviera que matar a alguien era más de la clase de persona que pagaba a otro para que lo hiciera. Pero tenía una pipa. Así eran las cosas.
Le dió al jardinero 100 pavos de propina para que se fuese a almorzar. Qué diablos, era solo propina.
Entró en el garaje. Allí estaba el Aston Martin de su padre. Pieza de colección. Su padre pasaba más tiempo con el jodido coche que con nadie. Se pasaba cada domingo allí. Si pudiese follarse al coche ya le habría dado la patada a su madre.
Vació el cargador.
Se fue. Callado. Amable. Callado. Amable. Callado. Simplemente se fue, sin saber a dónde.
Del capó del coche salía humo.
II
El chico era flaco, de unos doce años. Los vecinos dijeron a la policía que no se drogaba.
Es importante no drogarse. No es importante que no puedas comprar una casa. No es importante que a tu padre le hayan despedido, y que beba y trabaje de estrangis sin contrato, como un negro. Que beba y trabaje, que beba y trabaje. Es lo único que hace y es la vida que te esperaría si fueras el chico.
Pero lo importante es no drogarse. La droga es el demonio.
En la tele hacían una película en la que las manos de Robert Mitchum luchaban una con otra. Una era el mal, la otra el bien. El chico no se levantaba, simplemente no se había acostado. Su hermana le saludó con la cabeza, se bebió rápido su vaso de leche y se fue pitando para coger el autobus. Luego haría trasbordo.
El chico pasó de desayunar. Llevaba la ropa de ayer, y apenas había dormitado un rato en el sofá. Se durmió con una peli de Chuck Norris. Le había birlado unas birras a su padre, que se cabreó, pero no le dijo nada. Acababan de expulsarle del instituto, simplemente por defenderse de un cabronazo.
Salió al balcón a fumar. Ese era el desayuno hoy. El piso era pequeño, no fumaban dentro porque si no olía a humo todo el día.
Su madre le observó desde dentro.
-¿Qué vamos a hacer con él?
El padré se encogió de hombros. Miraba el escote de la presentadora de las noticias.
-Míralo ahí afuera-continuó la madre- soñando despierto, creyéndose una estrella del rock en potencia. Solo tiene doce años, pero ya sé que no puede acabar bien.
-Mujer...solo disfruta un poco, es joven.
-No será joven para siempre. Ahora seremos uno más en la familia...
El chico se fue por ahí. Perdido, jugando a ser un completo extraño para todos en su barrio. Por los recreativos. Perdiendo el tiempo, para no darse cuenta de que su tiempo no tenía pérdida, porque no valía nada.
Al volver de madrugada, le robó a su padre las llaves del coche y una pipa que escondía por si acaso, y con la que había disparado a un vecino que les amenazó con un cuchillo.
Aquella mañana lo había oído todo. Así que se iba.
Encendió el motor del viejo volvo y le pisó a fondo. Aprendió a conducir hace mucho.
Lo importante es no drogarse, pensó. Si te metes en negocios de drogas, lo importante es no meterse. Es la única manera de conseguir llegar lejos. Recordó a un amigo muerto. Los muertos son los amigos callados que nos acompañan cuando no hay nadie más. Le pisó a fondo.
Al final nunca supo si en la película de Robert Mitchum ganó el bien, o el mal...
9 comments:
... Perdemos todos. Oye, genial y la foto no tiene desperdicio alguno. Me ha encantado el simbolismo metáforico de Mitchun... y el de Chuck! por supuesto.
Si, este es mío. Lo rumiaba hace tiempo, pero lo he escrito en un arranque, de una tirada. Por eso soy un mal escritor. Solo puedo escribir de una tirada.
Un poco inspirado en La condicion de Muzak, de Moorcock. Pero yo no estoy tan loco.
No se quien gana.
Pues es bastante bueno.
Escribir de una tacada es una virtud y un privilegio, Mycroft.
Yo ni siquiera corrijo lo que escribo... Eso sí que es penoso.
Guardo docenas de libretas y cuadernos en los que escribo cosas que me ha gustado leer. Con su permiso le robo la primera parte del cuento...
Como mola
ha leído usted Héroes, de Ray Loriga? tiene un parecido con ese libro asombroso, y también con Caídos del Cielo (en el que se basó el mismo para hacer sus primera película: La Pistola de mi Hermano... en la que salía Viggo Mortensen de esposo de la Rosenvinge... raro, raro, raro). no quiero decir que lo haya copiado, ni mucho menos, pero me ha recordado mucho a Héroes (libro que me habré leído del orden de diez o quince veces)
Sr. Anónimo: Roben lo que quieran, hagan pillaje literario. Yo lo hago.
Leí Héroes hace mucho tiempo, y, salvo algún pasaje, no me llamó la atención. Supongo que no hay nada inventado, y Loriga y yo quizás tenemos lecturas en común.
¿Dirigió una peli? Primera noticia.
Considero un defecto escribir de un tirón, porque si quiero continuar la historia otro día, simplemente ya no me interesa, no me implico en ella.
Loriga dirigió el film "La Pistola De Mi Hermano" basado en su famoso libro "Caídos Del Cielo", como bien ha dicho Caligula, también escribió el guión cinematográfico de "El Séptimo Día" de Carlos Saura, y ahora está dirigiendo un film sobre Santa Teresa con Paz Vega (no me huele nada bien, pero bueno). Y eso es lo que ahora recuerdo de su carrera cinematográfica.
Saludos y cuídese.
El usuario anónimo era yo, disculpe la torpeza Mycroft, pero juraría que puse el nombre.
El escribir es más un ejercicio de disciplina que de inspiración... Por ello se deben aprovechar los raras visitas de las musas.
No he leído a Loriga, pero su "La pistola de mi hermano" resulta profundamente aburrida para mí... Demasiada tristeza de diseño. Las lágrimas de cartónpiedra nunca consigueron motivarme.
I fought the law... and the law won :p
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