Monday, June 15, 2009
Desierto
Todo huye, los hombres, las estaciones, las nubes; y de nada sirve agarrarse a las piedras, resistir en lo alto de un escollo; los dedos cansados se abren, los brazos se aflojan inertes. Nos arrastra de nuevo el río, que parece lento, pero jamás se para.
Día tras día Drogo sentía aumentar esa misteriosa ruina, y en vano trataba de contenerla. En la vida uniforme de la Fortaleza, le faltaban puntos de referencia y las horas se le escaban de entre los dedos antes de que pudiera contarlas.
Estaba además la secreta esperanza por la que Drogo dilapidaba la mejor parte de su vida. Para alimentarla sacrificaba a la ligera meses y meses y nunca bastaba. El invierno, el larguísimo invierno de la Fortaleza, no fue sino una especie de pago a cuenta. Terminado el invierno, Drogo seguía esperando.
(El Desierto de los Tártaros, Dino Buzzati)
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4 comments:
Es una novela densa que te arrastra hacia su mundo lentamente. No supe qué decir sobre ella cuando la leí. Caminé como hora y media para conseguir el libro (la biblioteca que le da cobijo está en la otra punta de mi ciudad). Para entonces, estaban tan cansado de las tres horas de caminata (ida y vuelta) que me tumbé sobre el sofá y abrí el libro sin intención de leer más de tres o cuatro páginas. Leí más de cien.
Si sabes esperar obtendrás tu recompensa, Mycroft. Puede que no dure, pero será mejor algo que nada, ya lo sabes. El anhelo no se puede tocar. Los sueños, sin embargo, a veces sí.
Bonito fragmento, no conocía la novela.
Una de las grandes novelas que cualquier gran lector puede leer en la vida. Saludos!
Pues si señor. A la altura de Kafka.
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