Querida Wendy

"Sin dudas se trata de una historia de amor. Pero no de amor de un hombre hacia una mujer, sino del hombre hacia las armas. Intenté reflexionar sobre la obsesión de un chico por un revólver que encuentra casualmente y decide llamarlo Wendy. Lo que me atrajo en el guión, escrito por Lars von Trier, es el problema de un grupo de adolescentes que están decepcionados por la vida y rechazan ser los outsiders de la sociedad"(Thomas Vinterberg)

Dear Wendy es la tercera película de Thomas Vinterberg, con guión de Von Trier. Pero donde Von Tier resulta un tanto pedante y obvio en sus parábolas morales, Vinterberg trata de ser algo más sutil. O todo lo sutil que el guión de su amigo le permite, pues se trata de una clara metáfora acerca de la posesión de armas, la violencia y la exclusión social.
Inferior a sus primeros fimes (Celebración y la obra maestra It's all about love) e impregando de cierta estética Bretchiana y austera del último Von Tier, pero sin las limitaciones del corsé de un movimiento estético... esta es la historia de un chico y su pistola Wendy, de su relación, de su amor, de los celos que él siente cuando su amigo Sebastian la coge y la dispara...
Se trata de un cuento mágico y alucinado acerca de unos adolescentes que no encajan es una sociedad en dónde son ciudadanos de tercera, un pueblo minero en el que son inadaptados, del que apenas se sienten parte, pero cuyas calles a fuerza de patearlas han hecho suyas. Se trata de un pueblo Fronterizo, algo polvoriento, casi de western...
Casi por casualidad Dick se hará con una pistola de juguete para regalar a otro niño por su cumpleaños. Pero Sebastian no le cae muy bien, y decide quedársela. Empieza a llevarla encima, le hace sentir mejor. Su compañero de trabajo en la tienda, un tipo callado llamado Stevie, descubre su pequeño secreto y le informa de algo sorprendente. No es de juguete. Es un arma de fuego en toda regla. Stevie es un apasionado de las armas, y ha llamado a su pistola alemana Bad Steel.
Dick llama a la suya Wendy, y comienza una relación malsana con ella. Dick y Stevie se reunen, fabrican balas caseras, van a la mina abandonada a disparar, hablan de armas, de balística...
Llevan las armas siempre consigo, les cambia el carácter, comienzan a estar más seguros de si mismos, a no sentirse desplazados, a tener confianza...
Dick inventa un concepto filosófico nuevo: El pacifismo armado.
Finalmente introducen a algunos amigos suyos en el universo de las armas, formando un club privado, Los Dandis. Se visten con ropas de época, escuchan a The Zombies, dan conferencias de balística, practican tiro...Se trata de un club iniciático, puro elitismo snob, les da fuerza ese sentimiento de pertenencia a un grupo, a una tribu...En cierto modo se adentran en su propio mundo imaginario pasando más y más tiempo en su refugio de la mina abandonada, y menos en el mundo real, poniendo nombres a sus armas, disparando...
Pero existe una regla...Allá fuera en el pueblo, nunca deben mostrar su arma, y menos dispararla...
Entonces la llegada a la banda de Sebastian, un chico problemático que si ha conocido la verdadera violencia armada de las calles, y que no entiende el mundo irreal creado por Dick, comienza a crear tensiones y rivalidades...y a separar a Dick y a Wendy...
Al final el choque con la dura realidad acaba de forma abrupta con el sueño de los Dandis.
Una puesta en escena menos teatral que en Von Trier, con un ritmo menos cansino, y unos postulados morales menos obvios, pero aún así con aires de parábola moral. Se trata de cine inteligente, en que seguimos a este grupo de personas en su viaje desde el pacifismo armado hasta la violencia irracional, desde la inadaptación hasta el tribalismo, desde la soledad hasta el amor...a sus armas.
La voz en off es como tener una radio en la cabeza de Dick, por lo que la película nos muestra su punto de vista, pero también el choque entre lo que Dick piensa y lo que le rodea.