Tomaré
Tomaré
En los ojos de un amigo
Lo que hay de más cálido de más hermoso
y de más tierno también
que no se ve más que dos o tres veces
durante toda una vida
y que hace que este amigo sea nuestro amigo
Tomaré
una nube de mi juventud
que pasaba redonda y blanca
por encima de mi cabeza, y a menudo
y que en los días de debilidad
se parecía a mi padre
y en los días de cólera a un león
una hermosa nube mullida y redonda y confortable
Tomaré
este claro y frágil arroyuelo de abril
que desparece a los primeros fríos
que desparece todo el invierno
y que fluye entonces sobre la mesa de las bodas
de Canaán
Tomaré
mi lámpara mejor
aquella que alumbra
no aquella que ilumina
y hace bonito y llama desde lejos
Tomaré
una cama, una grande, la mía
y que sabe lo que es un hombre
y su pena
un gran lecho de ser humano
Tomaré todo esto
y luego construiré
construiré y llamaré a las gentes
que pasarán por la calle
y les enseñaré
mi portal de belén...
(Jacques Brel)
1 comment:
Siempre tuve la certeza de que el día de Reyes está hecho para ofrendar regalos en lugar de recibirlos. En el acto de entrega está el regalo buscado, de hecho.
Zátopek corría y corría para saber dónde estaba el límite, de hallarse en algún lado. Límite por el que seguramente braceaba de ese modo, como arrañando el aire para abrir un boquete en él. Un conformista que se empeñaba en ser un romántico o un romántico vencido por su propio conformismo. Qué más da. Correr era su forma de justificar su presencia en este mundo.
El texto de Brel es perfecto para un día violeta como fue el de reyes por aquí. Acompañado de un café con o sin sacarina. Una belleza, en cualquier caso.
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