Tuesday, May 12, 2009
Dudas
¿Queda, al fin y al cabo, incierto,
para todos los tiempos, el juego temporal
con los dados blancos y negros?
queda así: ¿pocos vencedores perdidos,
muchos perdedores perdidos?
sí, dicen mis enemigos
yo digo: casi todo lo que veo
podría estar mejor. Pero ¿a qué precio?
las huellas del progreso son sangrientas.
¿son las huellas del progreso?
mis deseos son sencillos.
¿Sencillamente irrealizables?
Sí, dicen mis enemigos.
Las secretarias viven aún
los basureros no parecen saber de nada.
Los investigadores siguen investigando
Los comilones comen, así está bien.
mientras tanto yo me pregunto
¿será mañana también un día?
¿es esta cama mía un ataúd?
¿es posible tener razón?
¿está permitido dudar de las dudas?
No, vuestro consejo de ahorcarme,
aunque sea bienintencionado, no lo seguiré.
Mañana será otro día (¿realmente?)
Abrir los ojos y ver:
algo bueno, decir: no tenía razón.
¡Dulce el día cual entenderá por sí mismo
lo que ha de entender por si mismo, al fin y al cabo!
¡Que triunfo, Casandra,
saborear un porvenir que te desmentiría!
algo nuevo que fuera bueno
(lo viejo antiguo ya lo conocemos...)
Oigo atentamente a mis enemigos
¿quienes son mis enemigos?
Los negros me llaman blanco,
los blancos me llaman negro.
Lo oigo con agrado. Podría significar:
ando por buen camino.
(¿existe un buen camino?)
No me lamento. Lamento a aquellos
para quienes soy indiferente con mis dudas.
Ellos tienen inquietudes peores.
Mis enemigos me asombran.
Tienen buenas intenciones conmigo.
Se perdonaría a quien se conformase
consigo y con ellos
un poco de olvido ya les conforta;
un solo amén a cualquier credo,
y yo estaría cómodamente con ellos
y podría bendecir su juego,
ahorcarme al fin y al cabo,
consolado y reconciliado, sin dudas,
con el mundo entero.
(H.M. Enzensberger, 1964)
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