Gracias por darme los instrumentos con los que montar un ejército de sueños.
Adios Mr Beck.
Pegasos, lindos pegasos,
caballitos de madera...
Yo conocí siendo niño,
la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.
En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas.
¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!.
(A. Machado)
2 comments:
A su manera, como todas, imagino, es una muerte cercana.Y es verdad que los sueños, en ocasiones, se forjan a ras de suelo, con ocho años, con nueve, con algunos más, montando las Termópilas cerca de la puerta de la cocina. Adiós, my friend.
Siendo niño, me regalaron una caja con una docena de clicks policías. Terminé por reconvertirlos en jugadores de baloncesto usando rulos gordos como canastas. La imaginación de los críos no tiene límite. El agradecimiento que podría recibir es poco. Merece mucho más.
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