Me retiro un tiempo en vista a los examenes de septiembre. Prometo volver con el especial Verhoeven, crónica del Summercase, Reseña de The Verve y otras cosillas pendientes. Consuelense pensando que estoy como de campamento militar. Ante el penoso estado físico y psíquico que una vida bohemia de eterno estudiante pequeño burgués alcoholizado requiere, le he pegado un toque a mi fuerza de voluntad. Nada de birra, ni de dulces, consumo de carne limitada, severo (desfasadamente severo diría yo) programa de ejercicio, y compromiso con los examenes. Hasta aquí hemos llegado. Prometo volver renovado y depurado. Me piro a Detox. Nos vemos.
Es muy famoso el speech de Tarantino sobre el subtexto gay que hay tras una película como Top Gun (explicado aquí en profundidad por Alex Antarctica). Pues bien, el otro dia me pongo una pelicula historica sobre Thomas Becket esperando una partida de ajedrez de alta política y grandes maquinaciones maquiavélicas. ¿Y qué me encuentro? Tanto o más subtexto gay que en Top Gun por parte de un Peter O'Toole inmenso. Lo cual en una película comercial de 1964 es bastante atrevido. Creo que el director no quería llegar tan lejos. Ni mucho menos Richard Burton (que no hace nada en esa dirección). Pero O'Toole lo tiene claro. El rey Henry II es trucha. Empuja el guión en esa dirección una y otra vez. De la lucha de unos que quieren quitarle hierro al asunto, y un O'Toole lanzado y excitado, surge una película tremendamente sutil y absolutamente gay sobre un santo inglés medieval. Flipa. Y lo irónico es que esa peculiar lectura del personaje de O'Toole es lo mejor de la película, lo que aporta matices a una aburrida y hierática actuación de Burton. Burton coge a Becket como un Working Class Heroe sajón que se mueve en el mundo del lujo normando y acaba encontrando a Dios en el momento más inoportuno, alguien que pretende ser más cínico y maquiavélico de lo que realmente es, un realista que acaba perdiendo el juicio por su propio complejo de culpa. Pero dada la actuación de su contrincante, hubiese sido más interesante que encarara la inverosimil y rápida conversión de mundano intrigante a hombre de dios como sublimación de la culpa por su relación con el rey. Nada de eso. Burton no se apunta al festival de Peter. En cambio O'Toole no deja lugar a dudas. Y sin necesitar una escena como la de Espartaco, tratando de leer entre lineas, no, no. O'Toole en 1964 se suelta la melena y dice que ama a Becket. Que lo ama. Varias veces, humillándose ante sus nobles, llorando de rodillas, ante su mujer (a la que le dice que desprecia y que ni 1000 como ella hacen un Becket. Y su misma madre habla de obsesión malsana e inadecuada. INADECUADA!). Pero lo verdaderamente genial es la transición de una camaradería que esconde sentimientos reprimidos, compartiendo mujeres y horas en los burdeles y teniendo una relación socrática en la que Becket es el mentor, a la desesperación del rey traicionado y despechado. Porque es cuando pierde a Becket, cuando se convierte en su enemigo, cuando antepone a Dios antes que a su rey y amigo, cuando Henry II se da cuenta de sus verdaderos sentimientos. Son los celos, el sentimiento de abandono, de pérdida y de traición lo que ponen de relieve a Henry II/O'Toole la verdadera naturaleza de sus sentimientos hacia Becket. Y será la vergüenza sobre esos mismos sentimientos lo que mezclado al despecho y la traición lo harán odiarlo tanto como lo ama. La ironía es que Henry II con el corazón en la mano hará todavía intentos de salvar a Becket de si mismo y de su repentino idealismo/ingenuidad, pero su posición se lo impide. Es el rey y no puede flaquear. Toda debilidad es un signo de declive. Es imperativo aplastar al hombre que todavía ama. El rey no puede elegir, solo Becket puede elegir retractarse, puede elegir traicionar a la fe y vivir, es el que tiene el poder, el que no ama en la misma medida, el indiferente, el hombre de repentinos principios. Y Becket elige morir. Elige herir a Henry, que afirma que Becket le hace un último favor enseñándole a estar solo. Porque Henry aunque no comprende la ceguera del honor y la fe, la fiebre de rectitud y moralidad que de repente ataca a su antiguo maestro de astucias y relativismos morales, no puede por menos admirar al único hombre que se le enfrenta, al que grita que el emperador esta desnudo, y a la inteligencia y firmeza de ese hombre. Henry ordena su muerte en el momento en que su amor por Becket es más grande. O'Toole humilla a un Burton monolítico que solo ha interpretado bien la desidia de su personaje por el mundo, pero no la tragedia romántica que se desarrolla. Henry II se lamenta ante sus nobles. ¿Pensais a veces? No, un caballero tiene mejores cosas que hacer, le responden. Se lamenta de que Becket le ha cambiado, le ha hecho mejor. Pero no le ha hecho feliz.
Algo debe tener esta cara B para que el grupo haya grabado un video tan divertido con ella, en el que los organos internos cantan mientras uno ingiere alcohol (entre otras sustancias), una metáfora nada sutil pero si muy efectiva. La letra es perfecta. Me encanta la parte de "you say, "Hey, I never fall," as you're falling down. Your blood is all around you now, but you see nothing at all." Más allá de lo sobredimensionado de su repercusión (Kids es el himno indie del verano), de sus comparaciones con Flaming Lips (ya quisieran Flaming Lips, para mi un grupo de un unico disco), MGMT es un grupo que aporta algo escaso en el indie rock: Frescura. Destrokk es una oda a la autodestrucción, el ritalin, la derrota, la soledad, y el fracaso. Para mi es una canción perfecta para agosto.
Hi-Fi fellas and Lo-fi chicks Hair is how we take you there. Bones is how we make it now. Now I'm after a walking disaster.
We live life we live it large, in control taking charge. You are soft and we are hard. You don't desire to step to our fire.
You're gonna know if you keep on asking questions! you're gonna know real soon! you say, "Hey, I never fall," as you're falling down. Your blood is all around you now, but you see nothing at all. You say "hey" you get against the wall! yeah YOU get against the wall!
It's just the way the city smells. It's just the way the rain falls now. We be the ritalin calm you down. WE BE THE RITALIN CALM YOU DOWN.
It's just the way you talk so loud. It's just the way the bones fall down. We be the ritalin calm you down. WE BE THE RITALIN CALM YOU DOWN, OK?!
WE LOV EYOU IN GLACIAL WAYS. WE LOV EYOU IN GLACIAL WAYS. WE LOV EYOU IN GLACIAL WAYS. WE LOV EYOU IN GLACIAL WAYS. WE LOVE YOU IN GLACIAL WAYS. WE LOVE YOU IN GLACIAL WAYS.
yeah, but You're gonna know, if you keep on asking questions! you're gonna know real soon! you say, "Hey, I never fall," as you're falling down. Your blood is all around you now, but you see nothing at all. You say "hey" you get against the wall! yeah YOU get against the wall!
Muy de vez en cuando, la bestia se escapaba de la jaula. Dos meses antes del estreno de Jackie Brown Tarantino se encontró casualmente con el productor Don Murphy, con el que tenía una historia enmarañada y turbulenta que se remontaba diez años antes. Dice Tarantino: "Antes de ser famoso, no tenía yo a gente como a Murphy, que empezó su carrera siendo mi archienemigo. Siempre se burlaba de mi en la prensa, era algo demencial, casi se le podía calificar de acoso. A mi no se me hacen esas cosas. No juego con las reglas del marqués de Queensbury que pueda fijar Hollywood. Llegué a pensar en ir a su casa para darle una paliza, pero también pensé: ¿Sabes qué? Hollywood es un pueblo. No necesito ir a golpear su puerta y meterme en líos. Cualquier día me lo encontraré por ahí, y será día de ajuste de cuentas". La tercera semana de octubre Tarantino entró en Ago, un restaurante Italiano de moda en Beverly, donde había quedado para almorzar con Harvey. Murphy estaba junto a la entranda, en un sofá, esperando mesa. Según cuenta Tarantino: "Me fui derechito a él. Se levantó y dijo:- Hola Quentin". -"A mi no me digas hola, mamón. ¿Qué significa esa mierda que vas diciendo sobre mí?" -"Creo que lo sabes" -"No, no lo se, pero como se lo vas contando a todo el planeta, cuentamelo a mi ahora que me tienes delante". Recuerda el director: "Habló solo un segundo. Después lo tiré al suelo de un empujón...""..le asesté tres bofetones, al cuarto la gente vino a separarnos..." Cuando llegó la policía, lo metieron en el coche del Sheriff. Desde el asiento de atrás le lanzaba besos a Murphy. Lo hubieran metido en el calabozo, pero Harvey lo convenció para que se disculpara.
Más tarde parodió el incidente en el programa televisivo de Wayans. "Un par de bofetadas no le hacen mal a nadie". Murphy le demandó por cinco millones. El caso se resolvió extrajudicialmente. De nuevo Wellstein al rescate.
Se dice que a Oasis o los amas o los odias, pero a veces es posible hacer ambas cosas a la vez y no estar loco. Imposible de superar sus cimas anteriores y enfrentados a un momento cumbre de egolatria, abusos varios, fama y grandilocuencia, Oasis hicieron un disco que pretendía ser la confirmación total y acabó por ser el primer semillero de dudas, y la primera gran confusión en el melting pot resultante en donde se mezcla talento y error. En este estado de cosas Oasis eran los principales enemigos de Oasis. El disco es una excesiva carta de amor de Noel a si mismo. La grandeza de Oasis radica también en la grandeza de su caída del pedestal. En un disco heterogeneo y sobreproducido, repleto de paja y de minutaje demente, en un disco pésimamente producido, brillan de vez en cuando con la arrogancia característica del que se sabe superior. La portada, con el rolls, la piscina, la iconografía pop...es la mejor de su historia y prometía mucho. Había verdadera expectativa con el disco. D'You Know What I Mean? era el mejor adelanto posible, el mejor inicio, la mejor esperanza, la señal de que el sonido de Oasis podía avanzar y no estancarse, la reinvención de un nuevo tipo de épica menos hueca que la de algunos competidores. Era un himno orgulloso de reafirmación repleto de fuerza y novedad. Vano espejismo, porque My big mouth, otra de las canciones que primero se empezaron a oir por la radio a modo de globo sonda, era todo lo contrario: Un regreso a la base...A la sencillez, tabula rasa y repensar el modelo a partir de rock and roll rollingstoniano, robusto, coreable, básico, buscando la inmediatez. Un inesperado ataque de sinceridad acerca de sus propios excesos verbales. ¿En qué quedamos? La canción no era nada del otro mundo, tampoco una mancha en el disco. Entonces llegaba Magic Pie, el momento exacto en que uno sabía que el disco había quedado tocado en su estructura fundamental. Magic Pie es una canción estúpida, con unos versos aceptables y un estribillo machacón, con una letra todavía más estúpida, con una producción empalagosa que promete grandes cosas con el punteado inicial pero que queda en impostura neopsicodélica de la peor clase. Es pomposa y pagada de si misma. Para acabar de arreglarlo llegaba stand by me al rescate. Se puede decir que tengo una relación amor odio con esta canción que además fue single. Creo que los versos son magníficos. Al principio disfrutaba muchísimo con esta canción por esa causa. Pero sencillamente, todo esta en los jodidos versos...Cuando llega al "stand by me, nobody Knows, the way it's gonna be", bueno, ahí se acaba todo, eso no es un estribillo, no llega a serlo, no pasa de intentarlo. Y luego la duración: Una canción repetitiva hasta la médula no puede machacarte con ese minutaje. Casi Seis minutos lo que en tres y medio hubiera sido perfecto. Cada vez que la oigo me gusta un poco menos por ello. I Hope I Think I Know debió haber sido el single en su lugar. Tiene fuerza, dura lo justo, es la clásica canción rockera y festiva de Oasis en la vena de Cigarrettes and alcohol y Roll With it y tiene una letra tan solo lo bastante inteligente y fresca. El fallo de The Girl in The dirty shirt no es solo su letra algo naif, mccartnofila, sino que suena a algo hecho y no tiene la suficiente calidad para conquistarnos. Tiene cierto encanto juguetón a lo She's electric, tal vez una fallida replica, pero no se acaba de salvar de ser una cara b que se ha colado entre las As. Fade in Out me gusta mucho, porque recupera el concepto transgresor de Do you Knoe What i mean: Es algo inesperado, y por ello te golpea. Es una canción misteriosa y aunque dura mucho, mantiene la tensión. Es como una especie de Helter Skelter relentizado entre las brumas madchesterianas, recitado en forma de salmos, que, de repente, explota. Don't go Away es una canción demasiado pulida, demasiado bonita, le falta matiz, rugosidad, autenticidad, demasiado diseñada para las fans más preadolescentes. Mucho azúcar, mucha domesticación. Es una balada, de acuerdo, pero hay modos y modos, y este se acerca peligrosamente al borde del precipicio de Take That. Es la canción más comercial de Oasis hasta la fecha, lo cual no tiene tanta importancia. Lo que la delata es esa falta de espontaneidad, de imperfección, ese encaje perfecto en el canon de los recopilatorios impersonales de las baladas más inofensivas del año. En cierto sentido es el refinamiento baladístico de Oasis, la perfección de ese registro, pero llevado a un extremo que acaba siendo paródico. Es hermosa y falsa, es un diseño irrebatible y un pastel indigerible a un tiempo. Be Here Now, una declaración de principios, acude para tratar de disipar nuestras dudas poniéndolos de nuevo en el rol de chicos duros, y funciona, sin brillo pero sin mostrarles bajos de forma. Artillería para la autoglorificación de los rockeros de los bajos fondos manchesterianos. All Around The World. ¿Mejor entera o el single edit? Quién sabe... El exceso, el sueño beatlemaniaco de gloria musical de Noel, la suite pop de ese año, una pequeña ópera alrededor del mundo, la orquesta, la melodía, la confirmación que estaban esperando, su momento más pop, pop art incluso, dejando aparte temas menores anteriores como Digsy's Dinner. El sueño de Noel convertido en delirio audiovisual: Insertarse a las bravas en el metraje de Yellow Submarine. Creo que es una gran canción. Creo que es una muy buena canción. Pero creo que Noel se la tomaba demasiado en serio. La había guardado para poder engalanarla como merecía. Era su joya escondida. Y acabó tan deslumbrado por su propia obra que dos tracks más allá colocó un reprise. Vamos a ver, si abres el disco con ella, no esta tan mal poner un reprise al final. Pero el oyente apenas acaba de oir una desmesura pop beatlemaniaca de casi diez minutos. Dale un puto respiro. It's Gettin' Better (Man!!) es una canción rockera que no esta mal, pero no deslumbra, y sobre todo no pega mucho con el disco (bueno, el disco es un collage de dificil ensamblaje, pero esta pega menos). Tal vez por estar colocada al final del disco entre la pequeña suite que es All around The world, como la que no ensambla bien, y su reprise. En definitiva, Be Here Now es una colección de canciones dispares, mal elegidas, algunas mal producidas, otras espantosamente largas, y aún así, repleto de calidad, de sorpresas, de espiritu. Tal vez incluyendo, no ya un Masterplan, sino un Stay Young o un Flashbaxx, recortando así el minutaje y pasando los cabos sueltos a caras b, estaríamos ante un disco de cuatro o cinco estrellas. Con Masterplan en lugar de Magic Pie, ya estaríamos hablando de otra cosa. Tal vez de una obra maestra. Pero el disco es el que es.
Pd. Se acerca lo nuevo, y renace la esperanza como cada vez. El remix de Falling Down de los Chemical solo arroja más incertidumbre...¿Y si esta vez...fuera la buena de nuevo...?
Fred Salvaje se levantó del suelo. Estaba tendido en un reguero de sangre, gasolina y orina, en pleno polígono industrial en medio de ninguna parte. Para Fred no había mucha diferencia entre estar vivo y estar muerto en ese momento. Tenía resaca, lo cual no era extraño y no le ayudaba a recordar si estaba en el fin de una noche de servicio o una de farra. Le habían pateado la cara, pero no creía que tan fuerte como para tener conmoción. Procuró estirar su arrugado y manchado traje negro al sol, tratando de recuperar la dignidad policial de la que siempre presumía. A su alrededor demasiada luz, un calor anormal en Gotham. Fred se movía de noche con las alimañas. Era una de ellas. Pidió hacer una llamada a un operario que llevaba una carretilla. Le prestó el móvil. Al menos no le habían robado la placa. Llamó a Gordon y pidió que le fueran a buscar. Si Gotham era como un pozo oscuro cuyas aguas reflejan el oropel de una ciudad construida por y para las nubes, con sus rascacielos vigilados por las fuerzas del orden para mantener a raya a los miserables, las afueras eran aún más paradisíacas: barrios industriales repletos de polución y descampados en donde enterrar secretos, naves fabriles abandonadas ocupadas por tribus ignotas, fiestas salvajes ilegales, drogas, barrios dormitorio tristes y cuadriculados, campos calcinados por la cercanía de la vieja central nuclear... Llegó el coche patrulla, y los agentes lo vitorearon como al viejo caballo que han visto reventarse en el hipodromo carrera tras carrera y aún a punto de ser sacrificado demuestra ser un maldito bastardo orgulloso. Se preguntaba qué plan de jubilación tendría Batman. Antes de entrar en comisaría se bebió un par de whiskeys para alejar los martillos de su cabeza. También se pasó por Grant Park y requisó un poco de hierba. Gordon lo esperaba con cara larga. -No quedan excusas que puedas lanzarme. Veo en tu cara que olvidas lo que significa ser policía. -Procuro olvidarlo cada noche cuando voy a casa. Pero no es posible. -Eres una vergüenza para el cuerpo. -El cuerpo esta demasiado podrido por dentro para que un simple borracho lo manche ni tan siquiera un poco. No todos podemos ser unos perfectos caballeros como el señor murciélago. ¿Qué tienes para mi? -Nada de importancia. Un caso de malos tratos. Ve a hablar con la victima. Esta en el hospital. -¿En cúal? -El agente Michaels te lo dirá. Hubo tal vez un día en que quería hacer el trabajo bien. Hubo un día en que no le importaba que los flashes y los honores fueran a un sicario vengativo. Que no le importaba que la competencia entre un enmascarado y sus enemigos, a los que el señor oscuro atraía como la luz a los insectos, por su mismo brillo, copara toda la atención de Gordon, más allá de los pequeños crímenes y de las grandes maldades perpetradas por hombre comunes, villanos de su tamaño por así decirlo. En el hospital le dijeron que ella ya no estaba, pero le dieron una dirección. Típico, pensó, mientras le faltaba el aire tratando de arrebatar a la atmósfera algo de oxígeno por su garganta reseca y dañada por el humo y por el alarido que contenía cada noche guardado ahí tan profundo. El dolor es nuestra canción de cuna. Siempre. Las fotos. Un hombre puede quebrar a otro ser humano, puede desmenuzarlo. Pero son los ojos, los ojos llenos de miedo del que ha sido machacado y volverá a serlo una vez más lo que asusta. Fred Salvaje era un cabrón. No era un sentimental precisamente. Por lo que a él respectaba algunas putas bien se merecían una torta. Pero aquello. Aquello no. Al carajo si batman iba a mover un puto dedo. Si no te enteras no te preocupas... Fred fue al domicilio. Una casa de categoría cerca de Cathedral Square. Si no hubiera contestado nadie...lo habría dejado correr. Una más que se echa atrás en la denuncia. Menos papeleo. Pero alguien contestó, contestó él. El señor de la casa. Alguien con apellido, alguien con estirpe. -¿Qué desea? -Policía. ¿Es usted el señor Dixon? ¿Está su mujer en casa? -Si, soy Hank Dixon. ¿Por qué la busca? -¿Por qué no? ¿Puedo pasar? -No, no puede sin una orden judicial. -Apuesto a que no. Pero no ha contestado a mi pregunta- Salvaje lo miró a los ojos, Dixon desvió la mirada. -¿Qué pregunta en concreto? -¿Dónde está su mujer? -No lo sé. Hace días hizo la maleta y se marchó. A casa de su madre quizás. -No se por qué. Seguro que la trataba usted como a una puta reina. Si sabe algo llameme a este numero- Escribió su número en la targeta- Puede ser su única oportunidad. -¿Oportunidad de qué? -De salir entero de esta. Si encuentro a su mujer y le llena su bonito apellido Dixon de mierda sobre malos tratos descubrirá por qué me llaman Fred Salvaje. -¿He de entender que me está amenazando? -Entienda lo que le salga de los cojones. Esa era mi intención desde luego... -Acaba usted de cometer un error. -Hágame un favor, amigo. Si sale de la ciudad, dígamelo, o cómprese un chaleco antibalas. Porque me importa una mierda de quién sea usted hijo, amigo. Yo ya estoy todo lo cerca de estar muerto que los vivos pueden estar. Soy un policía de Gotham.
Consumidas las dos temporadas de Dexter, paso a comentar un poco lo que me ha parecido la serie. Trataré de evitar Spoilers en lo posible. Dexter es una serie hondamente inscrita en una moral cristiana. El antiheroe necesita una justificación. Los guionistas evitan mostrarnoslo verdaderamente despreocupado de sus actos. Nos dan un background que le justifique, que le redima. Su pasado es una razón, no un cheque en blanco, pero si una explicación. De lo contrario sería verdaderamente un monstruo, un antihéroe, y sería repulsivo a los espectadores en tanto hombre nietzscheano. No olvidemos que Dexter sufre, tiene dudas, y en la segunda temporada se ve enfrentado no a un enemigo con el que competir sino a si mismo y a su propio método. Tanto investigandose/obstaculizando la investigación, como dando sentido a la metodología heredada de un padre totalmente arquetípico al que debe derribar para poder construir sus propios valores. El Dexter humano(demasiado humano) lucha por abrirse paso y dominar una identidad fragmentada. Y sin embargo el Dexter asesino acaba siendo el auténtico, el fundamental. Bajo la máscara del monstruo había un hombre, si, pero un hombre al que le sigue encantando matar. La serie Dexter es un péndulo, y la gran actuación del actor principal (aunque me guste más la del villano de la primera temporada) ayuda a que ninguno de los extremos resulte decisivo y se imponga al otro. Es una serie que me remite a la genealogía de la moral de Nietzsche (¿En qué condiciones se inventó el hombre esos juicios de valor que son las palabras bueno y malvado? ¿Y qué valor tienen ellos mismos?), a su planteamiento del bien y el mal en medio de una búsqueda existencialista ¿Quién soy yo? ¿Qué soy yo? ¿Soy los valores que he heredado, los instintos que me susurran, los traumas que me explican? En esos términos la dualidad de la primera temporada con su enemigo es más interesante. ¿Es él aquello en que debí convertirme por mi naturaleza? Por lo demás el tema del justiciero vengativo esta tratado con ligereza y superficialidad. Y eso lastra una segunda temporada con un arco argumental mediocre y desaprovechado. Es la otra razón que redime al personaje (solo mata a los malos). Es la clásica disyuntiva entre el bien, la venganza, la justicia y la Ley. Allá donde la Ley no llega. El juicio de Dexter como único jurado y verdugo le emparenta con Batman, con los enmascarados de Watchmen. Pero mientras Watchmen tiene un subtexto político de honda finura, Dexter acaba siendo una justificación hobbesiana implícita del sometimiento a la ley, pasada por la típica desconfianza anglosajona a los poderes públicos (inoperatividad de la policía). Dexter esta diseñada para que no nos repugne el personaje. Pero también esta diseñada para que juzguemos su conducta como reprobable y subversiva. Dexter es un comic que trata de reflexionar sobre lo que significa "matar a los malos" pero que acaba siendo un simple tour de force del personaje en su propia perpetuación, entre flashbacks autojustificativos y entrañables muestras de lo humano en el monstruo. Hubiera sido más interesante investigar lo monstruoso que hay en lo humano. Hubiese preferido de Dexter menos subversión aparente y más desazón auténtica.
Cuando nadie se lo esperaba entró Harvey hecho una furia ladrando: -"Fine Line ha comprado Shine! Nos han jodido." Dice Fowles que echaba espuma por la boca. En el Mercato Taplin estaba de celebración con unos amigos: La abogada Linda Lichter, un colega de ésta, Carlos Goddman, que representaba a Tarantino, y Debbie Newmyer, esposa de Bobby Newmyer, que trabajaba en Amblin, productora de Spielberg. Se habían sentado en el primer piso y pedido dos botellas de champán. Recuerda Goodman: "Tony se fue media hora más tarde preocupado por no haber conseguido la pelicula. Harvey subió la escalera a trompicones." Tanplin no lo vió, estaba mirando para otro lado cuando Harvey pareció materializarse de la nada, y lo atacó por el lado ciego. Según Tanplin lo agarró por la camisa y bramó: "-¡Imbécil. Me has jodido. Le dijiste a Tony Safford que la tenía. Me hiciste subir el precio. Hijo de puta! (Según Harvey no le puso la mano encima). A Newmyer Weinstein le pareció un loco y le oyó repetir una y otra vez que Taplin le había mentido. "Estuvo a punto de ponerse tirar cosas. Se comportó como un memo grandilocuente", recuerda. "Por una vez en tu vida Harvey, ¿Por qué no te comportas honradamente? Unas veces ganas, otras pierdes.¿No puedes comportarte como un caballero y marcharte?" le espetó Newmeyer. "Tú cállate, puta!", gritó Harvey...
Mutando desde 1981. Rock, Pop, cine, comics, literatura, filosofía, conspiranoias, cyberpunk, y tecnomisticismo. Explorador de sensaciones, romántico y cínico, especialista en venenos rápidos, pluma mercenaria, sindicalista, anarco-socialista, utopista