Micronesia en el Cerebelo

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Tuesday, March 06, 2007

Especial Verhoeven Nº 6 : De Vierde Man, La Araña que teje en las Sombras


"Gerard: -Pensando en la muerte no puedo dormir. Y al no dormir pienso en la muerte"

Es difícil hablar de El Cuarto Hombre. Una de las cimas verhoevianas, un destello de genialidad, el buque insignia de su etapa holandesa, además de la carta de presentación ante Hollywood, y sin perder de vista que "Instinto Básico" no es sino una versión bastarda y mainstream de esta oscura y delirante ensoñación.
Ah, hemos llegado a la palabra clave. Ensoñación. Otra de las claves sería "simbolismo". Nunca un Thriller ha sido tan crípticamente judeocristiano. Este es un thriller católico, moral, un cuento de hadas oscuro y alambicado, y, sobre todo, un juego continuo entre realidad y fantasía en la mente del protagonista.
Algunas voces señalan que en su ambigüedad extrema Verhoeven se emparenta con Lynch. No estoy de acuerdo, porque la gracia de Lynch es que no hay esquema que seguir, y en De Vierde man el autor nos lleva por un estrecho sendero hasta dónde él quiere, proporcionándonos todas la piezas, reales e imaginadas, para completar el puzzle.
Si hay un cierto parentesco con Cronemberg en la manera de jugar con cuestiones como los sueños, la percepción , lo real, y lo imaginado, que se funde en un todo mágico e inexplicable. Incluso el gusto por las funciones corporales, la sangre, la castración, todo eso es muy verhoeviano y muy cronembergiano a la vez (la escena del ojo que se asoma por la cerradura es puro Videodrome. O puro Dalí si lo prefieren).
Pero Verhoeven no cuenta con un estilo semejante al del canadiense, ni una historia que vaya por sus derroteros. Es un filme de suspense, y como tal, se fija en el mejor modelo posible: Hitchcock.
Esta influencia invade la cinta, sobre todo en la manera de filmar, en interiores especialmente. Logra recrear una atmosfera inquietante, atmosfera sin embargo que no emana de la luz, o de las tinieblas, no emana del espacio filmado...Emana del propio protagonista y su delirio.
El argumento es simple. Un fantasioso autor, Gerard, que tiende a imaginar inquietantes y realistas escenas, conoce a una mujer, Christine, en una conferencia sobre literatura (mujer que responde al aquetipo femenino verhoeviano: fuerte, independiente, sexualmente agresiva).
Inician una relación sexual, en el fondo a tres bandas (él, sexualemente ambiguo, se siente atraído por la foto de un joven amante de ella, y la fuerza a invitarlo con la excusa de aconsejarla en asuntos sexuales. Increíble la escena en que Gerard se la casca mirando por la cerradura como copulan sus anfitriones) y decide pasar una temporada en casa de Christine y escribir allí su novela.
Poco a poco, descubre que Christine ha tenido tres maridos muertos en extrañas circunstancias. Comienza a tener sueños premonitorios que indican que él es "El Cuarto Hombre".
Representativo de este argumento son los títulos de crédito, con la araña tejiendo su red en las sombras. También el cartel fundido de la peluquería de Christine, que al faltarle unas letras forma la palabra "araña" en holandés. ¿Hasta que punto Christine manipula, con que intención, hasta que punto Gerard puede fiarse de lo que ve, de lo que intuye, de lo que sueña, mientras a su vez manipula a Christine y trata de seducir a su amante...?
La clásica historia de la viuda negra, que en el fondo no es tal: Es más cercana a ser una adaptación oficiosa y deformada de "El crimen de Lord Arthur Saville" de Wilde. ¿Los sueños de Gerard son una advertencia, o al soñarlos determinan su futuro...O son simples imaginaciones y Christine inocente...?
La película descansa sobre los hombros de un solo actor, Jeroen Krabbé, en estado de gracia. Su personaje, contradictorio, libidinoso, que cree en lo fantástico, jugando dobles juegos, atraído más por el amante de Christine que por ésta (a la que tapa los pechos y le dice que parece un muchacho mientras se la tira), totalmente obsesionado por la Edad Media y el catolicismo, bebedor, seductor, su propio enemigo, un monstruo excesivo de ego y autodestrucción...
Krabbé da todos esos matices y más.
Desde el principio Krabbé da la impresión de hombre al borde del abismo, asomado a él. Al comienzo de la película despierta angustiado en casa de un amante suyo que está tocando el violín...Se acerca por detrás, le estrangula con la cuerda del violín...¿O lo está imaginando? Verhoeven trabaja la realidad como un artesano el cristal fundido. Gracias al montaje, Verhoeven construye un mundo alternativo al real, como señala Torrente Valentí en "Carne y Sangre".
La fotografía, a ratos parece sacada de papel satén, parece una fotonovela de misterio, contribuye a retratar los delirios e imaginaciones de Gerard. Sin embargo, el acierto de Verhoeven es no diferenciar sueños de realidad a la hora de rodar, metiéndonos de lleno en la excesiva percepción de su personaje: Nada de imagen distorsionada, borrosa, "extraña" para retratar las pesadillas y augurios (o delirios, elijan su opción). Es la propia lógica interna del sueño, los propios actos oníricos, los que nos dan la clave del código Realidad-ficción. Esta dicotomía es aparente, y acaba fundiéndose en un todo esquizofrénico poco a poco.
Excelente la pesadilla con las tres piezas de carne desangrándose, y que termina con la premonición de su propia castración.
Parte del mundo alternativo e irreal son las elipsis que Verhoeven recrea genialmente, malevolamente: Gerard descubre cintas caseras de las bodas de Christine, que se cortan justo antes de un momento ciertamente clave en cada caso...
El simbolismo católico es total, el amor por los detalles en segundo plano, por los subtextos, las claves, las escenas simbólicas, son el fuerte de Verhoeven. Viendo a Gerard imaginando al amante de Christine, Herman, crucificado en la iglesia, con su músculoso torso desnudo convertido en estandarte de un Jesucristo de estética gay, me pregunto que hubiese pasado si el remake de la Profecía lo hubiese hecho él y no cualquier patán.
También me pregunto la influencia que tuvo en la manera de afrontar la novela de Gerard Reve el hecho de que Verhoeven tuviera una crisis de fé en su juventud.
Como en Total Recall, todo puede estar ocurriendo en la cabeza del protagonista. Es una deconstrucción en clave religiosa, sexual y paranoide, de la realidad...
Se nos muestra la fascinante mirada hacia la realidad del protagonista al tiempo que se le ridiculiza, es una película repleta de humor (en el extraño triángulo sexual propuesto, en el cinismo mutuo con que se mienten uno a otro tanto Christine como Gerard).
Es la historia de un hombre contradictorio y delirante. Es la historia de su contradicción y su delirio. Y Verhoeven sabe pintárnoslo con brocha gorda, y con pequeños y precisos trazos impresionistas...

3 comments:

Fernando Siles said...

Verhoeven no es santo de mi devoción pero esta peli si que tengo ganas de verla, de hecho esta apuntada en mi libreta de pendientes.

Saludos.

Anonymous said...

No la he visto, pero ya te dije una vez que me faltaban bastante de Verhoeven sobre todo en su etapa holandesa.

Aún así dices que más que con Lynch tiene que ver con Croneberg... creo que es algo muy acertado para lo que he visto de él. Porque me parece que en determinados aspectos, como la manera de tratar en parte el erotismo y el sexo, es similar...

¿No crees?

Mycroft said...

Ya en Robocop señalé la nueva carne de los 80 como algo que comparte ciertas semejanzas con Verhoeven, pero no específicamente cronemberg.
De hechoe creo que Verhoeven es en el fondo un moralista, moralista peculiar y escandaloso, polémico, pero moralista al fin y al cabo.
Robocop representa algo, Los mutantes de Total Recall no son freaks gratuitos... Representan algo...
Verhoeven emplea simbolos, en eso es muy buñueliano, y la carne y la sangre la usa como pintura para recrear el mundo real, sucio y poco idealizado...
En Cambio Cronemberg es, en el fondo un esteta (como lo es Lynch), y cuando sugieren lecturas simbólicas de sus películas (Como en La mosca) tiende a enfadarse bastante.
En ese sentido sus semejanzas lo son solo superficialmente. Si Verhoeven crea un clima malsano, es porque ayuda a la historia, o a narrar simbólicamente más cosas de las que parece a primera vista.
Busca aproximarse a la realidad y al ser humano dando un rodeo, no siendo literal.
Si Cronemberg utiliza lo malsano, es porque busca alejarse de la realidad y del ser humano, porque TIENE que haber algo más interesante que el ser humano normal y corriente. No es simbolo sino búsqueda de anomalías.