Saturday, March 11, 2006
Vidas Truncadas
Hoy he sido más Kurtz que Marlowe.
Por el camino de vuelta a casa, me he encontrado con P., un compañero de colegio. Se ha ofrecido a venderme farlopa. Hemos hablado amigablemente. Era el típico niño que llevaba navajas a clase y trataba de lanzarse por la ventana. En ciertos sentidos, caminando por la cuerda floja, ha llegado más lejos que todos mis demonios juntos.
Estabamos hablando normalmente, pero de mi boca salían frases de compromiso, de libro de texto.
Yo quería preguntarle si sabía lo que era vivir sin rostro, que el viento te arañe el cerebro. Quería gritarle que los niños que fuimos(el matón y el alfeñique, los menudos ojos llenos de sueños) habían fallecido.
Quería decirle que un día ví un águila, y supe que tenía mi nombre. Que se quemó las alas tratando de escapar de un Kentucky Fried Chicken. Que ahora estaba muerta.
No le he dicho que no le compraría la droga, tal vez si encuentro otra rapaz simbólica se la dé para congraciarme.
De vuelta a casa pasé por el Palacio de la música, del que una vez iba a ser príncipe, y cuyos cimientos me devoraron el alma. Descendí por las escaleras oyendo las voces de mil muertos, sus aullidos trepidantes como relámpagos, y reconocí mi propia voz de muerto sollozando. Solo es cuestión de tiempo. Por qué levantarse, por qué desayunar, por qué trabajar, por qué hipotecarse, por qué...solo es cuestión de tiempo.
Bajando al parque, me encontré visitando a la legión de silenciosos enigmas, árboles, un pájaro negro que me miró, interesado en devorarme con su negra, negra mirada.
El amor nos despedazará, repito, el amor. No el odio. No estamos preparados.
La gente poco recomendable se apartaba de mi, asustada. Quería hundir mis brazos en los troncos de los árboles de un solo golpe, mis puños no eran míos, quería robar la oscuridad a la ciudad y huir con ella, con ella...
Los mineros llevan canarios a las profundidades, pensé mirando al pájaro negro, negro, tres veces negro. Si muere es porque el aire esta demasiado emponzoñado para merecer ser respirado. La vida también está enrarecida con un veneno que amarga el alma, la quema.
Fui con mis mejores risas, con mis mejores amigos, a un tugurio de buena música. Era una noche de buenos momentos, mejor compañía, nuevas amigas, love y rock and roll...
Pero no había amanecer en mi retina, no tenía un bosque ardiendo por dentro, me quise repetir una y otra vez...Encontré rostros de desconocidos a los que tuve oportunidad de conocer hace años, y sentí rabia, no sé porqué. Me recordaron que había sido ignorado, algo peor que ser despreciado, en un intento pasado por ser amigo suyo...
Y quise desgarrar, morder, soñar muertes lentas, lamer la sangre de sus almas, aún sintiendome estúpido por ello, sin tener razón o sentido, sin estar borracho o sereno...tan solo era esa persona que vive en mi agazapada y que quiere herir, aunque sea a sí misma, sobre todo si es a sí misma...el canario que llevé al pub estaba pereciendo mientras la música se ponía cada vez mejor.
Revisé el manual de primeros auxilios emocionales, todos esos poetas muertos que emitían pensamientos tullidos, hermosos e inservibles, pequeños libros de salón que explican cómo es la vida para así no tener que vivirla.
Que pena que Poe no pueda ser mi biográfo.
Y la vi a ella. Eso fue lo peor. Una mujer a la que fuí capaz de amar ciegamente, a primera vista, hace tanto tiempo que casi ni lo recuerdo, pero a la que jamás pude ni acercarme. Vivo en un reino de voces sin voz, en un hechizo de silencio. Jamas me atrevo a romper ese callado estigma. Y supe que si empezaba a beber no terminaría ahora, ni dentro de una hora, ni de dos, ni en un chupito ni en mil...era esa sed del alma que no puede saciarse.
Intenté no mirar, simulé ser feliz, bailé, escupí trozos rojos de mi interior de hombre malo, malvado, violento, enamorado y destruído.
Lo que me dolía de ella no era ella, a ella no la conocí.
Era mi cobardía, la de entonces y la de ahora, mi oportunidad perdida, mi silencio, y la posterior muerte de la persona capaz de soñar con sus labios, esa persona estaba muerta, no más sueños, el águila cayó al suelo.
Le di un beso de buenas noches a Ralf, miré a los ojos a Overlord, me negué a ir en coche con Davis y Sense, y traté de expulsar toda tristeza y rabia, paseando las calles suavemente, tal vez como aprendiendo a volar nuevamente. O simplemente buscando el camino más largo para volver a casa con el fin de no encontrarme conmigo mismo.
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Diario de Un Snob Deprimido,
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7 comments:
Sobrecogedor, tío. Sé que puede sonar falso, paternalista o pelota, pero creo que conozco el estado del que hablas.
Saludos.
Yo opino como Dostoievski, y de momento puede que se el escrito tuyo que más me ha llegado, en serio me identifico al máximo con lo que dices, últimamente doy demasiados tumbos desde que me despierto. Solo una cosa, no permitas que te disparen a tí primero, tu trinchera es más dura.
Supongo que es en los peores momentos personales donde se escriben los mejores textos...
Tú lo debes estar pasando mal (espero que no, pero tanta crudeza y resignación ante la vida me hace pensar mal).
Mr.Harris:
No lo estoy pasando mal, teniendo en cuenta otras épocas infinitamente peores...cierta insatisfacción, cierto intento de cambio, de ruptura, de soledad...nada que sea grave.
Creo que lo que tu llamas crudeza es el resultado de esos otros tiempos muy oscuros, el poso que dejaron y que forma parte de mí.
Pero como decía Michi Panero sobre El Desencanto, "eso era Bambi"...Pues esto igual...no estoy bien, pero se lo que es estar en el hoyo, y tampoco estoy ahí abajo.
Dostoievski:
A veces creo que puedo tocar un estado de ánimo, cogerlo con las manos, y obligarlo a transformarse en papel, pero luego siempre se esfuma...lo escrito es solo una pálida sombra...pero me alegro de que le guste.
Mr. Horror:
Me alegro de que le llegue, aunque no es tal vez el más personal si es uno de los más sinceros textos que mi mente ha escupido. Y no se preocupe, dispararé primero y a matar!
Si , supura sinceridad, es cierto. se me asemejó por la locura serena a cualquiera de los trópicos de Miller. ¿blasfemia? quizá...
abrazo
OK Mycroft, entonces es que tu prosa conserva muy bien tus sentimientos (me alegro un montón por tu salud :)
Hombre Terrien dichosos los ojos...usted sabe que en este texto no sobra ni falta nada, usted estuvo por allí, aunque creo que la acción dicurría dentro de mí...
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