"¿Por qué la separación de la muerte, que es agonía para el amante abandonado, habría de ser menos indolora para el amante que nos deja?
"Porque está en manos de Dios" dicen. Pero si esto fuera así, tendría que haber estado en manos de Dios todo el tiempo, y yo he sido testigo del trato que esas manos le dieron en la tierra. ¿Van a volverse más cariñosas para nosotros justo en el momento en que escapamos del cuerpo? ¿Y por qué razón?.
Si la bondad de Dios no es consecuente con el daño que nos inflige, una de dos: O Dios no es bueno, o no existe; porque en la única vida que nos es dado conocer nos golpea hasta grados inimaginables, nos hace un daño que supera nuestros más negros presagios.
Y si Dios es consecuente al hacernos daño, puede seguírnoslo haciendo después de muertos de una forma tan insoportable como antes.
(C.S. Lewis, Una pena en observación)
No comments:
Post a Comment