Entramos en las urbes del Sur
se nos aceleraban los pensamientos al roce del vuelo
de las aves
había ciudades hechas de carne
había ciudades enteras orgánicas latientes
había edificios que respiraban con inhumana lentitud
había edificios, zócalos, muros, cines, corredores
que subían y bajaban lentos
en sus sístoles y diástoles enfermos
todo está vivo, dijo una voz
había mucha noche
más noches de las jamás previstas y cuerpos
deslizandose en esas noches
que parecían barcos fantasmas deslizandose por esas noches
mujeres (colegialas, vestales, monjas, prostitutas,
púberes e impúberes, todo el catálogo soñado)
oro no había
había música electrónica, signos había
peces
advertencias
no toques lo que late porque desaparecerá al punto del tacto
dijo una voz
cada cosa relumbra con el brillo
que sueña tu ojo
y hubo miedo a que no hubiera nada
los escapes de los cines nos servían de refugios, miradores.
Tuvimos que adecuar la mirada imaginar el tacto
entresoñar el coito
amarnos los unos a los otros en el más total de los silencios
queríamos mantenernos en esas visiones
empaparnos de estas vestales
no toques lo que late porque desaparecerá al punto del tacto
dijo la voz
pero todo latía casi imperceptible
con pasmosa lentitud
acequias, prostíbulos, semáforos, vitrinas y los cuerpos
todo subía y bajaba despoblado
en sus sístoles y diástoles
baldíos
(Thomas Harris)
3 comments:
bueno, qué decir. Es genial.
Sencillamente maravilloso, me vuelvo a quitar el sombrero.
Me quedo con eso de:
"(colegialas, vestales, monjas, prostitutas,
púberes e impúberes, todo el catálogo soñado)"
Me pareció muy significativo el poema. Transmite una sensación muy concreta, y eso me llegó.
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