Micronesia en el Cerebelo

Rock, cine, comics, ciencia ficción, cervezologia y sueños rotos.

Wednesday, March 01, 2006

El viejo cuaderno: El sonido de mi corazón



I

Oh si, éramos tú, yo, y aquel, y aquellos debieron ser días gloriosos, jugando en las calles inundadas de cielo azul, tan azul como los ojos de la mujer que amé solo un segundo.
Todavía éramos niños, tú y yo, y aquel, y algunos otros, y cuando la noche de verano llegaba galopando llevando en la grupa luna llena y media docena de mosquitos, tan tarde era que oíamos los gritos de las madres que nos llamaban para cenar, y corríamos porque nuestra vida mañana volvería a gozar de días gloriosos.
Sí, corríamos prestos y por la tele hacían aquella serie de cuando éramos solo niños, una serie hecha de dibujos, de fútbol, del aroma de las cenas que las madres guardaban caliente aquellas pacíficas noches de verano plagadas de mosquitos...

II

El verano tocaba a su fin, y en nuestra cabeza crujían los fantasmas del futuro. Decidimos que seríamos militares, músicos, astronautas...queríamos ser héroes...tal vez incluso sin tener presente la muerte, intuíamos que se acababa el tiempo de los juegos, y queríamos la inmortalidad...o César o nada...
Nuestra cabeza temblaba, y los cursos pasaban fríos, llenos de matemática que te calaba los huesos como viento helado, y nuestro sueño parecía neblina fina, tal vez ya nunca seríamos Magallanes. Comenzaba a escasear la risa, y pasamos de los atardeceres de juegos a los concilios en que se compartían rumores del país cada vez más cercano de la realidad...Compartíamos revistas pornográficas que nos enseñaron a quién debiamos amar, y paquetes de nobel que nos ataron a los vicios que ibamos a acarrear...
El invierno cada vez duraba más, y el verano era apenas un suspiro que disfrutabas un segundo. Menos cielos, menos noches, menos juegos, días cada vez menos gloriosos, cielos cada vez menos azules.

III

Y llegó el día en que tú, y yo, y aquel, y esos de ahí ya no éramos niños ni éramos hombres.
Teníamos el peso sobre los hombros de llegar a ser lo que podíamos ser, pero no éramos nada, y lo sabíamos.
Sonaban campanas que decían que nuestro destino era caminar por los laberintos de nuestras dudas. Habíamos heredados años de desorientación. Parecía que el mundo acababa por cada pequeña afrenta de la vida, pero seguía saliendo el sol, y tú eras el cabecilla de una nueva revolución burguesa que solo luchaba para combatir el aburrimiento, con las armas del descontento, jugando a beber como nunca justamente cuando aún no teníamos motivos para ello.
Aún te quedaba eso, aún no había llegado el día en que tuvieras que tomártelo todo tan en serio. Aún había mucho azul en el cielo...

6 comments:

Esther said...

dejar atrás la infancia es de las cosas más desoladoras de la existencia humana, al menos queda el recuerdo que nos hace sonreir

Horrorscope said...

"Jóvenes Ocultos" mola, aunque me quedo con el tema original de los Doors por razones para mí más que obvias... Del tema que trata el post no voy a hablar porque usted ya se ha encargado de dejar las cosas bien claras.
Por cierto, esas fotos traen nostalgia.

Unknown said...

jai lai!!! habrá que cambiar los links.
Y hablando de links... tengo una pequeña petición... ¿seria posible cambiar la foto del mío por esta?
http://galeria1.terramail.pl/bruce/f/bw26-01.jpg
Domo arigato, Mista Robotto

Mycroft said...

Es muy grande vere a ver que se puede hacer...

Iván said...

Estás muy nostálgico Mycroft... cuando se recuerda la infancia buffff.

Pussy Galore said...

uy, uy, qué emoción, reconozco exteriores!! Un beso.