Una de las cosas que encontramos tras su muerte fue un cuaderno de notas amarillo en el que un médico del psiquiátrico le había pedido que escribiese "estoy bien" un centenar de veces. Lo escribió unas cuantas; pero luego se rindió y escribió "No estoy bien". A mi me salvó poder escribir esas canciones. Liz nunca tuvo la oportunidad. Se sentía completamente vacía y perdida. Quise hacerle un regalo, convertirla en artista poniendo algunas de sus palabras en un contexto musical...
...Titulé la canción Electro shock Blues.
...De vuelta a casa de mi madre, cuando ella se acostaba me pasaba las noches de pie en la oscuridad frente a su casa, la casa en que me había criado, intentando escapar al dolor de lo que sucedía dentro de ella. Volví a Echo Park y escribí la canción más triste que he escrito nunca.
"De pie en la oscuridad frente a la casa Respirando aire frío y estéril Estaba yo pensando qué debe sentirse Al ver esa lucecita y ver luego cómo desaparece y se desvanece se desvanece en la noche."
(Mark Oliver Everett, Eels, Cosas que los nietos deberían saber)
-El comisario está obligado a esperar dos meses más (para jubilarse e irse al campo); ustedes en cambio, pueden hacerlo enseguida.
El ministro y el presidente se pusieron todavía más tétricos de lo que ya estaban. Supongo que pensaron que el padre Gaetano estaba aludiendo a los cheques que el juez Scalambri tenía consigo y que, tal vez, les obligarían a dimitir. Y es posible que quisiera aludir precisamente a eso. Exclamaron a dúo:
-¡Ojalá!
-¿Es difícil dejarlo? ¿les retienen a la fuerza?- preguntó fingiendo candor y estupor el padre Gaetano.
- Dios mío, exactamente a la fuerza no- contestó el ministro- Pero la verdad es que no resulta fácil abandonarlo.
El presidente asintió repetidas veces.
-Especialmente ahora-dijo ambiguamente el padre Gaetano. ¿Quería decir que les echarían inmediatamente o bien que no podrían irse sin haber rendido cuentas de sus negocios con Michelozzi? El hecho es que estaba aludiendo a ello. y que se divertía.
El ministro encontró fuerzas suficientes para dar otro sentido a las palabras del padre Gaetano.
-Tiene usted razón, especialmente ahora. Cuando las cosas van mal, abandonar sería una fuga, una deserción.
-Una traición-precisó irónicamente el padre Gaetano.
-Y puestos a ser exactos, hay que decir que las cosas van bastante mal-intervino el comisario.
-No exageremos-dijo el ministro.
-No exageremos-repitió el presidente.
-No exageremos-concluyó Scalambri.
-En fin, ¿van mal o no?-preguntó a los tres el padre Gaetano.
-Depende de los puntos de vista-contestó el ministro.
-Desde el punto de vista-dijo el comisario-de quien lleva las manos en sus propios bolsillos, van muy mal.
Se produjo un silencio como el que se da entre personas bien educadas que se descubren en compañía de un tipo mal educado. Después el presidente dijo:
-El problema no está en llevar las manos en los bolsillos propios o en los bolsillos ajenos; el problema está...
-...En que se pueda seguir practicando la habilidad de sacar todavía algo de los bolsillos ajenos-completé- Es decir, de encontrar todavía algo en ellos.
-¡El Estado no es un carterista!-protestó con indignación el ministro.
-Claro, no es un carterista-confirmó, con indignación más moderada, el presidente.
-Por favor señores...-dijo el padre Gaetano al ministro y al presidente- espero que no van a darme el disgusto de decirme que el Estado sigue existiendo...A mis años, y con toda la confianza que he depositado en ustedes, resultaría una revelación insoportable. Tan tranquilo como estaba pensando que no existía...
Empezamos este segmento de la charla animada sobre discos de 2010 con fuerza animal. Mientras apuro un zumo (lejos quedaron los días de furia y bourbon) no dejo de pensar con cierta envidia en algunos rockeros de la vieja escuela.
BRMC y Bellrays aportan algo de ese espíritu salvaje. Bellrays y su blues rock en el LP Black lightning suenan potentes, pero muy limpios, casi diría luminosos y emotivos (como en Anymore), por contraste con la oscuridad de los Black Rebel, pasados de vueltas, con atmósferas densas. La energía contagiosa en Bellrays, en BRMC anda contenida, amenazante. Sombras chinescas de un descenso infernal, que a ratos recuerda al IGGY más mefistofélico y menos obvio, como en Aya. Pero no soy objetivo, porque BRMC son uno de mis grupos favoritos de todos los tiempos, los doors de hoy en día. Y además estrenan guapa batería.
En la anterior entrega hablabamos de Crocodiles. Son tan buenos, que como me perdí su disco de 2009, lo incluyo aquí. Verano de odio, se llama, y si bien es más titubeante, como corresponde a un debut, ya anuncia el maridaje entre las melodías y las atmósferas shoegaze. Aunque adolece de falta de singles.
The Strange Boys nos aconsejan: "Be Brave". Ellos lo han sido. Un pop decantado como el vino, con sabor añejo pero cuerpo joven. No se si merecen tanto mérito, pero hubo un momento en el año en que parecía el único madero al que agarrarse en el naufragio, sin que que se otease la tierra firme de algún gran disco en el horizonte.
The Absolute Belters y su Glorious Victorious recupera la energía contagiosa del debut de las Arctic Monkeys y le suma un claro referente al brit pop clásico noventero, con riffs prestados de Oasis. Imposible que no me gustasen.
Con The Whigs y su "in the dark" volvemos al rock directo, rabioso, efectivo. Si en anteriores entregas este combo sonaba demasiado rasposo, dan ahora con la tecla del sonido. Kill Me Carolyne es un terremoto sónico de un 8 en la escala de richter.
Wolf Parade y su Expo 86. Portada preciosa, canciones rotundas. Si hablamos de ese pop épico, hablamos de emoción e intensidad, y no de artificios (Arcade Fire, cuya mediocre carrera les ha oscurecido, ya que aparecieron a la vez y se les registró equivocadamente como imitadores). Más concisos, menos barrocos, más directos, menos floridos, y sobre todo más certeros. Palm Road, Ghost Presure o Pobody's Nerfect así lo atestiguan.
No puedo entrar a valorar el estreno de Shameless (USA) porque sencillamente me niego verla. No se trata ya de los nefandos precedentes (IT crowd el piloto, o en menos medida la descafeinada The office). Sino que Shameless es una serie cuyo núcleo duro, encanto, médula espinal es su carácter british.
Dickensiana, irónica, mugrienta, una oda a los working class heroes desde la naturalidad, sin la superioridad moral que en fondo se respira en el retrato típico de los rednecks americanos que pululan por ahí. Por eso Shameless USA solo puede aspirar a ser un producto tipo My name is Earl (que es digno, pero esquemático, muy sitcom).
Shameless no es sitcom, no es un producto blando. No sé muy bien lo que es, y me abstendré muy mucho de llamarlo "comedia social" dada la opinión (mala) que tengo del (mal) llamado cine social, que vengo escupiendo por el blog de Alex. Habla de las clases populares con humor, pero a pesar de su lenguaje en ocasiones paródico, o a pesar en otras ocasiones de sus deudas con soap operas tipo Coronation st, lo que hace es construir un universo propio poblado de grandes personajes. Me temo que el único tema en el que el puritanismo americano cederá es en el tema sexual, algo que los canales de cable como Showtime ya han roto como tabú.
El ambiente surreal, pero no ridiculizado, ni mirado desde una posición superior, de los barrios ingleses es imposible de clonar. No solo por su espíritu pleno de especificidad british. Sino por la sensibilidad con que se aborda.
El esfuerzo puede resultar tan fútil como construir una réplica a tamaño real del Big Ben en pleno desierto de Arizona.
El hecho es que los americanos ya tienen sus propios shows costumbristas, delirantes, incorrectos, su propia vía de irónica mirada a la vida americana real: Bajo el disfraz del dibujo animado late esa pulsión, enmascarada. Bajo el delirio, el exceso, la metarrefencia pop y el mal gusto.
Hay más América de verdad en Family Guy que en el invernadero inverosímil de My name is Earl. Porque eso es lo que temo de Shameless USA, que se queden con los arquetipos rednecks, los conviertan en comedia blanda, les extraigan su parte de calle y de verdad, y los abandonen en un plató de Friends, con pinceladas de incorrección adaptadas al paladar acomodado.
El acoholismo, la dejadez, la falta de horizontes se reservan para los shows serios o policiales. La comedia allá en USA en ocasiones parece un poco flor de invernáculo. Puede ser muy hermosa, pero a la vez muy débil.
Podcast especial de navidad. Como los christmas, llega tarde, a destiempo, y de forma precipitada. Lo grabamos alterados, quizás borrachos, y hemos tardado unas semanas en montarlo y pulirlo.
Disco del mes, Scremadelica, noticia del año, el nuevo grupo de Liam, Beady Eye. Y yo leyendo una lista de destacados del año que parece que me haya metido anfetas. Creo que cada día lo hacemos más chungo. We are not human, we are dancers, que decía aquel...
Ando un tanto reticente al concepto de lista. Algo jerárquico, inmutable, y como escrito en piedra, como tablas bíblicas. Por eso he ido retrasando mi comentario musical anual. La pereza, la desidia, y la reticencia a a hacer ese asiento notarial, cuando todo es frágil, líquido, perecedero...
Hagámos otra cosa, quedemos a tomar un café, invito yo, sentémonos junto a un humeante y delicioso capuccino, el mío con sacarina, y hablémos despreocupadamente de algunos discos. Sin ánimo de sentar cátedra.
Ya volveremos a las listas cuando repasemos la década, o se trate de pelar algunos desastres... Aunque como decía Brecht "compasivamente miro/ las abultadas venas de la frente/que revelan el esfuerzo de lo que cuesta ser malo"
Red Barked Tree de Wire, o de cómo llegaron unos tíos de cincuenta y picos años y les dieron una patada en el culo a todos los jovenzuelos este año. Pop electrónico y macarra. No se ha visto nada igual desde que New Order languideció y explosionó.
Hablando de macarras, Art Czars de Japandroids es el single más explosivo del año, garageros, con garra, y el espíritu de Iggy que les sale por los poros. Brutales y cortantes como una cuchillada en las costillas.
Luego están Crocodiles y su Sleep forever. Shoegaze, ruido, pero también melodías pop, Beachboys, Echo and The Bunnymen, Ride. Frescos, certeros, con un sonido como de laboratorio mágico.
Y tal vez Japandroids sea un grupo demasiado áspero, demasiado duro para mi gusto, pero su otro single Younger us, es, además de brutal, pegadizo.
¿Les gusta T Rex? ¿Les mola Marc Bolan? Burnt Ones recuepran el glam-boogie, y le ponen sonido actual. Los Heavy Stereo de Gem Archer hicieron algo parecido en los 90. Funciona, porque Bolan es inagotable, y porque el homenaje es explícito y respetuoso, sincero, humilde, y repleto de aportaciones espontáneas.
Niños Mutantes pueden no haber hecho un disco perfecto con sus noches de insomnio, peca de largo, tiene relleno. Pero su status alcanza un nivel que les permite colarse entre mis preferidos a nivel internacional, así son de buenos, de certeros, de regulares, de emocionantes, sin chovinismos, a base de temas emotivos y rotundos como Errante o La costilla, y letras inteligentes.
Pinkshinyultrablast son rusos y hacen shoegaze. Solo tienen un Ep. Suenan como Slowdive, con anfetas. Un gran vocalista y un muro de sonido espeso como una capa de nieve de 5 metros de grosor.
Inhaler es el nuevo single en solitario de Miles Kane (Rascals, Last Shadow Puppets) y promete ese sonido con aire clásico pero ilusión de peligro, de adrenalina, marca de la casa, en un adelanto esperanzador.
Two Worlds collide es el sorprendente EP de Freebass, el proyecto de Peter Hook tras Neworder, que acabó (como la banda madre) entre insultos y peleas con Mani (Primal Scream). El ep es más sorprendente que el disco (que es más pop), y se acerca a la electrónica de Unkle, por ejemplo.
Indelicates, sin alcanzar el talentoso debut, hacen un disco pleno de letras brillantes y aromas pegadizos, más cerca esta vez de unos The Auteurs que de unos Pulp, jugando con el cabaret, la ironía, los guiños cinéfilos, y las pullas lúcidas... Un peldaño por debajo pero nos deja Savages, Ill o Flesh.
Seguiremos informando, en charla distendida. Oigamos algunas tonadas populares en micronesia.
Tomaré En los ojos de un amigo Lo que hay de más cálido de más hermoso y de más tierno también que no se ve más que dos o tres veces durante toda una vida y que hace que este amigo sea nuestro amigo
Tomaré una nube de mi juventud que pasaba redonda y blanca por encima de mi cabeza, y a menudo y que en los días de debilidad se parecía a mi padre y en los días de cólera a un león una hermosa nube mullida y redonda y confortable
Tomaré este claro y frágil arroyuelo de abril que desparece a los primeros fríos que desparece todo el invierno y que fluye entonces sobre la mesa de las bodas de Canaán
Tomaré mi lámpara mejor aquella que alumbra no aquella que ilumina y hace bonito y llama desde lejos
Tomaré una cama, una grande, la mía y que sabe lo que es un hombre y su pena un gran lecho de ser humano
Tomaré todo esto y luego construiré construiré y llamaré a las gentes que pasarán por la calle y les enseñaré mi portal de belén...
Mutando desde 1981. Rock, Pop, cine, comics, literatura, filosofía, conspiranoias, cyberpunk, y tecnomisticismo. Explorador de sensaciones, romántico y cínico, especialista en venenos rápidos, pluma mercenaria, sindicalista, anarco-socialista, utopista