Algunas tendencias perversas me dejan atónito. Tal vez en el fondo sea un ingenuo.
No he acabado con la crisis. Tengo que contarles un par de cosas. Pero no puedo dejar pasar la maniobra frustrada de Il caimano, Berlusconi.
¿Frustrada por quién? Por su mujer!
La cosa era incluir "mama chichos" made in TV italiana en las listas de su partido. Pero en serio: con seminarios para adoctrinarlas en el encuadramiento en el partido, y supongo que algún curso de comunicación política.
He de decirlo, esto es el sueño húmedo de un Baudrillard. La tele-realidad toma por la fuerza la politica para transformarla en el reality que es en el fondo, sin máscaras ni ocultamientos.
Rostros, cuerpos neumáticos, creaciones virtuales, momias de maquillaje y alta costura, embalsamadas en el cliché erótico espectacular de lo catódico, como el ejército y vanguardia que secunde a il cavalieri en su conquista de los votos y las voluntades del pueblo llano.
¿Contenidos, currículums, acreditaciones, discursos, programas? Para qué.
La política italiana en este amago absurdo, coquetea con el fantasma de chichollina, jugando a un perverso juego: Sumemos los votos de los ignorantes obnubilados por sus pantallas, a los inteligentes ya los damos por perdidos.
En el fondo Il Cavaliere exterioriza un doble problema: La infección de la política por el tacticismo de la imagen (Desde Lakoff a Rove, los estrategas han encontrado el modo de continuar la guerra por otros medios), y la infiltración de los tentáculos de los medios en los partidos, de forma ya totalmente explícita, si bien simbólica: Lejos quedan los tiempos en que el medio era el brazo del partido, ahora la tendencia es casi inversa, con medios marcando agendas y arenas políticas. Ahora la Tv-Basura parece inaugurar la época de una Política-Basura. Bueno, de hacerla explícita, mejor dicho.
Y Bis: De Sarkozy, la media solo recogió el culo de su señora. Una victoria de un Sarko que parece enterrar el odio congénito que el yugo napoleónico (no mucho más yugo que el borbónico, ni mucho menos francés: ¿esos de dónde venían, de Parla?) había dejado en nuestra memoria como pueblo.
Un Sarko brillante en su oratoria, inconcreto, no en sus contenidos, sino en sus promesas y planes específicos. Los media señalan el eclipsamiento en esta visita, lo cual es más un reconocimiento de provincianismo propio que un demérito del francés. Carla no merece ni media foto. Ni mucho menos esa histérica contemplación que fechitiza en la dimensión de aristocracia política la esperanza de una Francia que pensamos e imaginamos mucho mejor.
Pero el eclipse de Sarko es también el que señalan los analistas: Ha perdido popularidad, dicen. Como para no perderla gestionando la pobreza, el paro, el reconocimiento del sacrificio inevitable, las promesas vagas.
El talento de sarko está en la comparativa: Miren como esa gestión ha podrido la imagen de nuestro optimista presidente, sin relevo a la vista en el partido por cierto, y observen cómo sarko se permite darle consejos para la presidencia europea.
Sarko es el menos impopular de entre los señalados como culpables. Es en las crisis cuando unos se crecen y otros menguan.
Bis II: De Política-realidad sería calificable también esa carrera en la Comunitat entre algunos líderes para mostrar datos sobre sus patrimonios. Aplaudo la transparencia (a medias, las cuentas corrientes siguen opacas), pero como observamos en Costa, se ha convertido en un concurso por ver quién parece más menesteroso. Servicios sociales ya le guarda un puesto para un comedor social al Costa.
De Fabra, que no ha entrado en la competición, no se conocen datos, y por la resistencia de las entidades bancarias (agradecidas y fieles a su cliente) de darle datos a la jueza, no creo que se sepan las cantidades que yacen en los bancos de acá, y en la docena de cuentas alternativas. De los de más allá, en los paraísos, nadie sabe.
El que se frota las manos y (tal vez) se ve President es Rambla. A Río revuelto...
Bis III: El cazo:
El cazo, o ¿qué hay de lo mío? En las cortes Valencianas solo se habla de finiquitos, ayudas a la reinserción de los diputados a la vida laboral (y eso que acaso jamás la dejaron) y pensioncitas, que no serán como las de las viudas. ¿Medidas de nivel autonómico? nones, el debate es cuánto sueldo nos aseguramos nosotros. Como decía por otras cosas Jesús Puig en su artículo de El Levante, vergonya, caballers, vergonya.