En Il Caimano Moretti juega hacer una película política que va más allá de la política.
Il Caimano es la historia de un productor en decadencia al que se le presenta un guión de una pelicula sobre Berlusconi, en la que podría ser su última oportunidad de hacer cine, su última oportunidad de hacer algo en realidad.
Un Roger Corman a la italiana, fracasado, que se coge a la tabla de salvación de la determinación de la joven directora.
Asistimos al derrumbe de sus sueños, relaciones, creencias, en un mundo que le supera y le pone en ridículo, que deja a sus series Z de piratas y romanos de bellos sueños a cartón piedra caduco. Su mujer, sus hijos, su empresa, todo se despedaza. Es la caída de los sueños de la propia Italia frente a la realidad pragmática de la nueva Italia.
Se intercalan escenas que explican el ascenso e idiosincrasia del nuevo condottiero, y una pregunta recurrente que evita con una sonrisa...¿De dónde sale el dinero? ¿A dónde va? Cuál es el origen de las primeras liras para sus negocios inmobiliarios...¿Quién posee qué en su holding repleto de hombres de paja?
Eso no se dice, eso no se cuestiona. La Tv. Los periodicos. Todo suyo. Critica bajo control. Vivimos en un país liberal. Hay libertad para todo, hay libertad para cuentas en Suiza.
La producción cae...los actores desertan. El dinero escasea. Las escenas se recortan. Berlusconi nadando en maletines de liras caídas del cielo. Imagen plástica, incluso demasiado explícita, hipnótica. Pero no...Moretti hace un regate. Abandona los tópicos, no lo encara como una ópera bufa. Son dos personajes determinados a salir adelante, por amor al cine y a narrar una historia que aunque todos conocen nadie cuenta.
En ese pilar se nutre la épica cotidiana de Italia: Intentar salir adelante, intentar conservar las fuerzas cuando todo cae, cuando gana el populismo atroz, cuando se señala a la justicia por pretender hacer justicia (esa justicia a menudo valiente al señalar a la camorra).
Moretti mismo, as himself, rechaza el papel del gran hombre. "No he leído el guión, pero como si lo viera. Reiros de sus implantes de pelo. Una pelicula para decir lo que la izquierda quiere oir. El que quiere saber, se entera, el que no, nada. Berlusconi ha cambiado la forma de pensar de este pueblo...contra eso..."
Finalmente amputado el proyecto, Moretti cederá, y será brevemente Berlusconi. Será el Berlusconi confiado, histriónico, el duce de la la nueva derecha, rebajado por su sonrisa de presentador de galas del sábado, por su verbo de hombre común, por su defensa del liberalismo cuasi decimonónico, en un speech shakespeareano en que, como Fabra, denuncia que el pueblo ya le ha absuelto.
¿El pueblo? Un hombre, un voto. Pero un voto no es una absolución. El pueblo es el mismo que aupa a un Hitler o lincha a un negro. El pueblo es masa y la masa no hace justicia, solo habla por si misma de la voluntad política. Un programa no es un sumario judicial.
Moretti/Berlusconi se vanagloria: yo he reverdecido a los de la Liga Norte, los he domado, he sacado a los democristianos de su complejo de culpa. He puesto a la extrema derecha en el poder.
Es el pegamento que todo lo une. Es el hermano italiano no que todo lo observa, sino que todo lo emite: Esta es mi verdad, la verdad oficial, la versión de las cosas aprobada y ratificada personalmente por el gran hombre.
¿Il caimano? No es una película política. No solo es política. Pero también, bendita sea, es política. Porque la historia bien merece contarse.
1 comment:
Y además tiene unas escenas musicales muy bonitas.
Post a Comment