McCarthy fueron el germen de los no muy apreciados por estos lares Stereolab. Combinaban un pop luminoso con unas letras comprometidas, politizadas, visionarias, pop de choque, necesario, vital, ocasionalmente bello y brutal a un tiempo ( Ahora es el momento para una mano dura / Nada va a pararles ahora / Es tiempo para una mano dura / Hemos sido blandos durante mucho tiempo) para aportar esperanza y combatibidad en lo más oscuro de los lustros thatcheristas.
Con una trayectoria de pop suave (en la onda C86, o los Smiths) pero con un contenido para nada trivial, para nada blando, sino lleno de cosas que debían ser dichas, McCarthy eran una mano de hierro envuelta en guante de seda. No veías venir el puñetazo. Pero te dejaba grogui.
En este disco, la música se torna un poco más afilada, de corte más afín a madchester, en su versión baggy tardía, más oscura y agresiva que sus primeros trabajos, acorde con unos lúcidos entramados de letras pesimistas, que forman un tapiz de acidez, desesperanza, irónica observación que hoy, años después, sigue siendo válida. Esa mirada, hace ya 21 años, a las crisis, recortes, y derrotas de entonces, arrojan una luz especialmente deprimente a las crisis de hoy.
Desde el título, pasando por los nombres de las canciones (especialmente en los casos de And Tomorrow the Stock Exchange Will Be the Human Race y de Get a Knife Between Your Teeth, parecen canciones escritas hoy mismo), hay aquí una colección de proclamas para nada maniqueas. Hay estopa para todos. Mientras una legión de músicos se retiran a la parcela del arte por el arte, y los protestantes de los 60s son revisitados con condescendencia, sorna, o ironía, en su "inocencia" o su radicalidad, en lo rápido que algunos han envejecido (mal), es reconfortante ver la vigencia absoluta de un disco con aire político.
Esta es la banda sonora del desastre, hermosa y llena de verdad, un grito desgarrado de pequeñas heridas infligidas entonces, y vueltas a infligir ahora.
Otra Reseña.
Con una trayectoria de pop suave (en la onda C86, o los Smiths) pero con un contenido para nada trivial, para nada blando, sino lleno de cosas que debían ser dichas, McCarthy eran una mano de hierro envuelta en guante de seda. No veías venir el puñetazo. Pero te dejaba grogui.
En este disco, la música se torna un poco más afilada, de corte más afín a madchester, en su versión baggy tardía, más oscura y agresiva que sus primeros trabajos, acorde con unos lúcidos entramados de letras pesimistas, que forman un tapiz de acidez, desesperanza, irónica observación que hoy, años después, sigue siendo válida. Esa mirada, hace ya 21 años, a las crisis, recortes, y derrotas de entonces, arrojan una luz especialmente deprimente a las crisis de hoy.
Desde el título, pasando por los nombres de las canciones (especialmente en los casos de And Tomorrow the Stock Exchange Will Be the Human Race y de Get a Knife Between Your Teeth, parecen canciones escritas hoy mismo), hay aquí una colección de proclamas para nada maniqueas. Hay estopa para todos. Mientras una legión de músicos se retiran a la parcela del arte por el arte, y los protestantes de los 60s son revisitados con condescendencia, sorna, o ironía, en su "inocencia" o su radicalidad, en lo rápido que algunos han envejecido (mal), es reconfortante ver la vigencia absoluta de un disco con aire político.
Esta es la banda sonora del desastre, hermosa y llena de verdad, un grito desgarrado de pequeñas heridas infligidas entonces, y vueltas a infligir ahora.
Otra Reseña.
1 comment:
Gran reseña. En aquellos días me quedé enganchado con aquel mini-lp titulado The Well of Loneliness, de esquisito pop, y ágiles melodías. Me has hecho recuperarlo...
Saludos
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