Y vuelvo tras un fructífero rearmarse contra lo que la vida nos hace...
Vuelvo con historias de miedo, de terror.
Luces fuera, linterna bajo el rostro. Cuentan que hay 20 días en los que monstruos sin rostro, susurrantes en la oscuridad, prometen la felicidad, prometen ilusión, prometen trabajo, prometen.
El calvo de la lotería ahora se llama Rubaljoy, o Rajolcaba. Algunos prometen lo contrario a lo que han hecho en el gobierno, otros callan por no asustar. Y en ese río revuelto, populistas tratan de pescar descontentos. Toni Cantó cagándose en el idioma valenciano, para ganar votos en Valencia. Durán creyéndose las encuestas de popularidad, y quitándose la máscara del consenso, mostrando la patita de Unió y su ADN verdadero.
Se habla de desmontar un modelo federal, no de optimizarlo o racionalizarlo.
Se habla, se habla demasiado, se habla sin saber, se fabula, se habla por no callar. Por eso andaba yo callado. Estaba rumiando, en medio de tanto ruido. Como dicen en
El Ansia sobre K. Kraus, en ocasiones la palabra no lo puede todo... En ocasiones cuesta hablar precisamente porque hay que medir mucho lo que se dice.
Parte del título de este sampler verbal es
"Camino de podredumbre", parafraseando a Hayek. Me resultaba muy curioso las reflexiones sobre
las escuelas del liberalismo de Paolo2000, porque coinciden en el tiempo y el fondo con mis propias reflexiones, aunque yo veo más de dos escuelas, y además diferencio liberalismo económico (
lessez faire) y liberalismo político.
Por mucho que duela en las dos orillas ideológicas, durante el siglo XIX español, en la época de
"Vivan las cadenas", antes incluso de que surgieran los radicales demócratas, los republicanos y los populistas blasquistas, y mucho antes que Pablo Iglesias, que el Psoe marxista, que la CNT etc.. los dos vectores de "izquierda" o al menos de progreso en este país fueron los liberales y los afrancesados. Cádiz y la Ilustración francesa. ¡Y tuvieron que enfrentarse! También es mala suerte.
Volviendo a la podredumbre del título, la escuela hayekiana, con su fondo darwinista a lo Ayn Rand, nunca ha existido. Me explico. Reagan subvencionaba ricamente a los agricultores. Así que en la praxis no existe. La dinámica clientelista y amiguista de este país, y no sólo de este país (basta de complejos) lo impide. Incluso el mundo intereconómico está plagado de cruzados vestidos de pureza hayekiana que son en realidad oportunistas, vividores, moralistas profesionales, francotiradores a sueldo, o, simplemente (el peor insulto para un hayekiano) subvencionados. El camino de servidumbre que denuncia Hayek es en el fondo, un camino de podredumbre.
Es más, envido: La pureza ideológica del resto, de los que quedan, es muy dudosa. ¿Acaso no son algunos, y no es baladí para lo que nos ocupa, San Pablos del marxismo que se han caído del caballo y han visto la luz? ¿Es tan diferente creer en el determinismo de la Mano de Adam Smith (que por cierto, además de un sistema económico hablaba de un complemento moral al mismo) que creer en el determinismo del materialismo histórico? ¿O es tan sólo el mismo tipo de utopía totalizadora con diferentes miserias asociadas?
Yo sólo sé que me da por pensar: Los recortes sanitarios, el copago, los recortes educativos...¿Son consecuencias de la crisis? ¿O son la causa, el programa de la misma, poniéndonos conspiranoicos? ¿Es casual que la mano que mece la cuna del recorte normalmente tenga intereses en el sector privado en los mismos campos que está recortando (Cotino)? Camino de podredumbre.
La noticia que más me ha impactado estos días en que he estado apartado, como anacoreta, no ha sido la convulsión gatopardiana en el PPCV (Fabra siendo el Olivas de Camps), ni la campaña de perfil bajo (un sólo debate y por compromiso, con la que está cayendo, por lo que puedan decir; señal evidente de que el pescado está vendido, y no apetece quemarse), ni siquiera el corredor mediterráneo y la guerra civil pepera en materia de infraestructuras y agua (Dinamitando el mantra valenciano victimista y maniqueo del Consell).
Ha sido esa pequeña noticia de
los contenedores de basura llegados a Brasil desde el puerto de Valencia. ¿Transformar la economía? ¿Apostar por la industria de valor añadido? ¿I+D?
No. Hace tiempo que la Comunidad Valenciana lo que exporta, lo que produce, lo que transporta, lo que trata en factorías, es basura. Sólo basura. El negocio de la basura, como en Gomorra. Basura viajando de un extremo a otro. Concesiones disputadas, peleadas, otorgadas a dedo a cambio de...
Y luego, una expresión que con la crisis me viene a la cabeza. Ética de la Responsabilidad. Oxímoron en realidad. ¿Quién es responsable de enviar basura a Brasil, de dónde viene? Nadie ha sido. Imposible de rastrear. Importamos madera, y enviamos basura. La empresa cobrará por el reciclaje. El problema pasa a ser de otro.
Y cuando hablo de responsabilidad, hablo de todos. Empezando por mí. ¿Cuándo dejamos, incluso por inacción, que todo esto se fuera a la mierda?
La canción triste de la constitución zanja, junto al posible fin de ETA, las banderas de nuestros padres, por decirlo parafraseando a la peli de Eastwood. La Cultura de la Transición de la que habla
Amador Fernandez Savater.
Después de 20 años de "eso no se toca, eso no se dice, niño", se toca y se dice. Se retoca. Corriendo, volando, según las instrucciones de arriba. Porque como decía
Bourdieu en su Contrafuegos, El Estado se achica, y se ve impotente (¿Y un Estado impotente acaso cumple la función que los ciudadanos le dan según el modelo de contrato social de Hobbes?)
La Bandera de nuestros padres salta por los aires. No la hemos votado. De hecho no hemos votado ni su reforma. El referendum es impensable. La democracia es el problema para los burócratas europeos, puestos en un brete porque la cuna de la misma, Grecia, consulte la manera de tirarse al abismo...
Un tabú es algo que no se puede decir, no se puede contar, pero que está omnipresente. ETA era uno de esos tabús, de forma que algún ingenioso en twitter decía que empezó su fin cuando empezaron las bromas en
Vaya Semanita. Impensable en los 90. ETA como distorsión de la política, como excusa, es un condicionante que ha marcado más decisiones y actitudes de las que creemos.
Europa anda revuelta. Todos mis profesores europeístas siguen en la misma línea absurda: A saber, que cada crisis o paso atrás, que cada parón, ha servido luego para avanzar...Así que ahora, dicen, también. Pero no proponen el cambio adecuado y urgente para este momento. ¿Qué hacer? Decía Lenin. Los europeólogos están demasiado enamorados del objeto de su estudio, de su disciplina. De nuevo, la dialéctica marxista de tesis-antítesis-síntesis te sale por dónde menos te lo esperas. En una confianza en el futuro demencial e imprudente.
Los profetas del apocalipsis como Niño Becerra no son mucho mejores. Ni aportan más soluciones que decir que alguien está enfermo cuando ya está enterrado. Como médicos serían pésimos.
Irlanda y Dinamarca giran a la izquierda, Alemania y Francia se tambalean en la duda (qué personajes para un Hamlet), y Sarko o Clegg no han sido menos decepción para el centroderecha que ZP o Blair para la izquierda.
Pero la clave puede estar en la velocidad y la interconexión. La histeria económica se contagia a velocidad cibernética mientras los gobiernos reaccionan a velocidad decimonónica y a golpe de encuesta.
Virilio tenía razón, y
Sloterdijk se acerca a esos planteamientos.
Tal vez la salvación esté en la desaceleración. Es por ver algo positivo en la posición española de calma chicha...¿Vendrá tormenta? ¿Será el ojo del huracán?