Micronesia en el Cerebelo

Rock, cine, comics, ciencia ficción, cervezologia y sueños rotos.

Wednesday, October 20, 2010

Nuevo Podcast de los Pilotos suicidas



Prometo no desatender el blog del todo, pese a mi total caída en una espiral de abulia.

Por ahora os dejo con otro de los interminables podcasts musicales de El club de los Pilotos Suicidas, en donde noticias, peroratas, conciertos, y sobre todo críticas destructivas llenas de bilis (Interpol, Lori Meyers) conviven con ejercicios de sano revivalismo (¿todo tiempo pasado fue mejor? Preguntemos a los Stone Roses y su debut, disco histórico de la jornada)

Personalmente, como parte de mi espiral antes mencionada, mi asco a las masas, y mi desarrollado sentido de la integridad física y moral, hoy por hoy prefiero cualquier tormento chino antes que ir a un concierto, pero ahí tenemos al entusiasta Farxavi cubriendo todos los festivales habidos y por haber (ya está planeando un Paredes de Coura o un Glastonbury como el paso natural para su corresponsalía musical. Promete liarme, a pesar a mi incipiente fobia a viajar. Y eso que quería irme de beca Leonardo o algo)

Cómo he podido pasar de botar a lo loco, admirar el periodismo Gonzo de Hunter Thompson, vivir peligrosamente atado a una botella, jugármela, llevar chapas de los sex pistols y de los Clash, a encerrarme en casa con el batín, el libro de poemas de Celan o de Martinson, el vasito de leche y el capítulo de Mad Men, bajando las persianas para simular no estar y que no me líen, agotado, forma parte de un cuadro general de desaliento controlado y no muy excesivo, vida tranquila basada en pequeños placeres, y de sartreana afirmación de que el infierno son los demás.

Auque me contradigo, y hace poco salí de mi madriguera de fantastico señor Zorro, y celebré, y bebí, y polemicé y no dejé que la maleza cubriera los caminos de la amistad, y me regalaron un muñeco de Lennon por mi cumpleaños. Muy a tiempo para rendir homenajes necesarios.

En cuanto al podcast, empiezo a sentirme como el elemento elitista y aguafiestas del grupo, que no disfruta de nada pero lo analiza todo de forma pretenciosa y abstrusa. A caballo entre el "hipster" del que hablan los anglosajones, tan diferente en significado hoy en día de la época beat de Kerouac, el tipo que pretende que lo ha oído todo antes, y lo ha disfrutado antes, y lo ha agotado antes, conforme a la velocidad de la información de la hiper realidad de los 00's(¿algo perdurará realmente de ese maremágnum?) y el abuelo cebolleta, "en mis tiempos se hacía mejor".

Temo convertirme en el tipo siniestro de la tienda de alquiler de discos de mi juventud. A la que yo llegaba con los oídos frescos y jóvenes, sorprendiéndome de todo, (re) descubriéndolo todo, y era recibido por los sarcasmos, a lo "vendedor de tienda de comics" de los Simpson.

He logrado mantener parte de la curiosidad durante años, de la capacidad de buscar y dejarse enamorar por la música. Pero lo renonozco. Cuando encuentro por la calle su jeta de perdedor, de crítico de mostrador de videoclub, de amargo aguafiestas, veo algo que se ha abierto paso. "The Kids are allright" decían los Who. Tal vez solo hemos dejado de tener los oídos abiertos para comprenderlo.

Siempre nos quedará I am The Resurrection.

4 comments:

alex said...

Como las épocas prolongadas de halo autodestructivo y persianas bajadas no son desconocidas para mí, y como amigo (cibernético, pero amigo me considero) debería insistir en que tomes una de esas becas Leonardo y acabes en Varsovia, Estocolmo o Tombuctú como remedio al hastío vital. Pero, aunque socializado o en camino de serlo, soy ante todo un misántropo convencido de que por cada onza de oro encontraré mil toneladas de paja ahí fuera. Aún así merece la pena la búsqueda tanto como dedicar un día (o varios) a uno mismo. Aquel poema de Sargent lo expresaba mejor que yo: "No es tanto el oro lo que ansío como encontrar el oro".

La crisis del entusiasmo en fuga por aquello que más amas (el cine en mi caso) también pasó hace años. Nada es nuevo, por ende nada merece la pena. Me equivoqué al comprender que debo adecuar mis baremos para ser más objetivo y así disfrutar de lo que se me ofrece. Coger una manzana del árbol de la ciencia siempre me pareció un acierto.

El podcast en proceso, as usual.

Paolo2000 said...

Yo como autoxiliado recurrente, me uno al debate y le digo que usted debe irse si realmente lo considera apropiado para sus intereses o desarrollo de una carrera...

Pero, y ya me inmiscuyo desde la ignorancia, no haga como yo e intente escapar de cierta situación o espíritu simplemente cambiando el escenario.El hastio vital que menciona Alex lo solemos meter lo primero en la maleta...

Mycroft said...

Es cierto, el fatalismo y el decaimiento no está en un lugar, sino en uno mismo.
De todas formas 4 o 5 meses tampoco son tanto. He tirado más por la borda en modo parálisis del conejo deslumbrado por los focos del coche que viene a atropellarlo.
No hay peligro de que apresure una decisión precipitada. En eso soy rajoyesco, suelo dejar pudrir los problemas hasta que no tiene sentido decantarse por una opción u otra... o hasta que la vida me fuerza a actuar.

alex said...

No sabría qué decir. El hastío está dentro, es cierto, pero correr en otro parque ayuda. Y en ocasiones incluso cura.