Por fin he podido ver, en una filmoteca de verano, una pelicula que parecía esquivarme tenazmente: Garbo el espía.
Emocionante, insólita, incluso divertida a pesar de tener que apoyarse en narraciones de expertos e historiadores, con un uso de imágenes de películas antiguas sobre la II Guerra mundial y el mundo del espionaje insólito, que en ocasiones la acercan someramente a aquella anomalía del footage llamada Spectres of The Spectrum, es una película brillante.
Y el marco del cine popular, del cine casi de pueblo al aire libre, con cervezas a 1,60 (true stroy, creáme), el ambiente abosutamente retro de lo que era el cine, antes de convertirse en esa aséptica experiencia multisala, multiplicaron lo insólito y maravilloso de la película y de la velada.
Emocionante, insólita, incluso divertida a pesar de tener que apoyarse en narraciones de expertos e historiadores, con un uso de imágenes de películas antiguas sobre la II Guerra mundial y el mundo del espionaje insólito, que en ocasiones la acercan someramente a aquella anomalía del footage llamada Spectres of The Spectrum, es una película brillante.
Y el marco del cine popular, del cine casi de pueblo al aire libre, con cervezas a 1,60 (true stroy, creáme), el ambiente abosutamente retro de lo que era el cine, antes de convertirse en esa aséptica experiencia multisala, multiplicaron lo insólito y maravilloso de la película y de la velada.
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