09-10-09

¿Qué es lo que ocurre en un sistema cerrado que genera su propia podredumbre? Que si no tiene modo de eliminar y renovar el espacio que ocupa, éste acaba saturándose.

En una nación hoy absolutamente inmunizada frente a escándalos como Italia, la cosa comenzó con un Craxi que tuvo que huir del país. Aquí, el grado de indiferencia, se ha alcanzado no por saturación, sino de un modo natural. Y a nadie se le ocurre exiliarse en Túnez, porque nunca pasa nada, y si pasa el dinero ya ha volado.

Asistimos ahora a las fintas de quienes quieren desmarcarse sin acusar. Algo así como: "Yo no soy como ellos, pero ellos aún no son nada reprochable (subrayemos el Aún)". "Habría que exigir responsabilidades, aunque aquí no ha pasado nada de nada". Silogismos, paradojas, y demás estrategias comunicativas. Con los jueces que tenemos, tírenle para 5 años en el supremo, y lo que haga falta.

Barberá y Pons matizan, amagan, dicen sin decir, y tratan de parecer honorables, inocentes y virginales. Sin pecado concebida. Mientras Fabra estrecha su abrazo (ahora se comprende el mutuo apoyo) y sugiere que a él le dejen en paz de los líos, en su prequeño virreinato, que más prefiere ser cabeza de ratón (en Castelló) que cola de León (implicarse en el PPCV).

Corremos en pos de la indiferencia total italianizante sobre la Res Pública. De aqueos polvos, estos lodos berlusconianos. Y nosotros tan contentos.