Micronesia en el Cerebelo

Rock, cine, comics, ciencia ficción, cervezologia y sueños rotos.

Saturday, October 30, 2010

2009 suma y sigue


Richard Ashcroft
The Journey


Este estupendo single benéfico no nos preparaba para el descalabro que el ex Verve nos tenía preparado con su nueva y desastrosa banda (United nation of Sound). Ni Damon Albarn podía hacerlo peor. Afortunadamente nos quedan destellos como este.




Larga Duración
Lagartija Nick

De lo mejor del producto nacional, menguado y aquejado de la enfermedad de la modernez. Aquí tenemos la cura. Un dico áspero, infraproducido, rotundo, rugoso como papel de lija. Clavo ardiendo es sencillamente genial.




Andrew Bird
Noble Beast

El disco más equilibrado y menos manierista de Andrew Bird. Yo si acaso le pediría más desnudez, pero aún así un disco muy bello, bucólico.



Pete Doherty
Grace / Wastelands

Un disco irregular, cercano en ocasiones al Weller acústico y preciosista, ecléctico, con ramalazos de genio, con uno de los mejores singles del año (ya hablamos de la última de las rosas inglesas), y muy muy subestimado. Broken Love Song también es muy buena.




How I Became the Bomb
Volume III: They Can What It Seems They Cannot


El mejor de la fantástica serie de Eps que regalaron How I became the bomb, que a lo tonto se ha hecho con un señor repertorio. Action Lady temazo. Un grupo a tener en cuenta, al que perjudica que se prodiguen más en formato corto que en Lp.


The Enemy
Music for the People

Denunciados como unos simples manieristas del plagio (Weller, The clash; bueno en el caso de los de Strummer si es demasiado descarado; Pulp, blur, smiths, beatles y un largo etc. Tiene mérito copiar a tantos en tan pocas canciones en todo caso) me suena todo a una campaña de puretas y señoras indignadas con la juventud de hoy. También se decían muchas tonterías de Oasis y los Beatles por una o dos canciones, mientras Noel se dedicaba a inspirarse de lo lindo en otra gente menos obvia (T-Rex). Esta muchachada creció oyendo brit pop. ¿Está claro? ¿Es eso un crimen?





Slow Club
Yeah So


Un disco de folk pop nada aburrido, nada naive, nada moñas, y si muy divertido, marchoso, inteligente, brillante y arrebatador. Ellos cantan "no tiene por qué ser hermoso". Pero lo es.


25


25 años (no son nada)

Dia de los muertos


Hay cosas que hacer en Halloween aunque no se salga de casa. Puede pasarse por el ya mítico y referencial blog El emperador de los helados, en dónde Noel se reúne de una caterva de Titanes, rememorando pesadillas literarias, y más cosas.

También puede ponerse los capítulos de Halloween...de Community. Dejemos a los Simpson respirar un poco por dios, que los vais a quemar de tanto usarlos. El último de community es divertido, referencial, delicioso, conciso y trepidante. Hasta que vuelva mi adorada Parks and Recreation, la mejor serie cómica en antena.

Otra opción es visionar el Preair de The Walking Dead, la serie basada en los afamados comics. Zombies y survivalismo, en un mundo apocalítico que, como Zizek señala, es cada vez más tentador como fantasía colectiva, frente a imaginar una solución, una utopía, o una idea redentora.


Wednesday, October 20, 2010

Obama 2


Los gatos son las auténticas estrellas de internet. Ahí está Trollcats para probarlo.

Hace tiempo que pienso que al blog le falta el toque de humor y ligereza, que estoy perdiendo la chispa en favor de la pesadez de la seriedad. Voy a tratar de recuperar el toque. Aunque sea a través de trucos tan burdos como este.

Nuevo Podcast de los Pilotos suicidas



Prometo no desatender el blog del todo, pese a mi total caída en una espiral de abulia.

Por ahora os dejo con otro de los interminables podcasts musicales de El club de los Pilotos Suicidas, en donde noticias, peroratas, conciertos, y sobre todo críticas destructivas llenas de bilis (Interpol, Lori Meyers) conviven con ejercicios de sano revivalismo (¿todo tiempo pasado fue mejor? Preguntemos a los Stone Roses y su debut, disco histórico de la jornada)

Personalmente, como parte de mi espiral antes mencionada, mi asco a las masas, y mi desarrollado sentido de la integridad física y moral, hoy por hoy prefiero cualquier tormento chino antes que ir a un concierto, pero ahí tenemos al entusiasta Farxavi cubriendo todos los festivales habidos y por haber (ya está planeando un Paredes de Coura o un Glastonbury como el paso natural para su corresponsalía musical. Promete liarme, a pesar a mi incipiente fobia a viajar. Y eso que quería irme de beca Leonardo o algo)

Cómo he podido pasar de botar a lo loco, admirar el periodismo Gonzo de Hunter Thompson, vivir peligrosamente atado a una botella, jugármela, llevar chapas de los sex pistols y de los Clash, a encerrarme en casa con el batín, el libro de poemas de Celan o de Martinson, el vasito de leche y el capítulo de Mad Men, bajando las persianas para simular no estar y que no me líen, agotado, forma parte de un cuadro general de desaliento controlado y no muy excesivo, vida tranquila basada en pequeños placeres, y de sartreana afirmación de que el infierno son los demás.

Auque me contradigo, y hace poco salí de mi madriguera de fantastico señor Zorro, y celebré, y bebí, y polemicé y no dejé que la maleza cubriera los caminos de la amistad, y me regalaron un muñeco de Lennon por mi cumpleaños. Muy a tiempo para rendir homenajes necesarios.

En cuanto al podcast, empiezo a sentirme como el elemento elitista y aguafiestas del grupo, que no disfruta de nada pero lo analiza todo de forma pretenciosa y abstrusa. A caballo entre el "hipster" del que hablan los anglosajones, tan diferente en significado hoy en día de la época beat de Kerouac, el tipo que pretende que lo ha oído todo antes, y lo ha disfrutado antes, y lo ha agotado antes, conforme a la velocidad de la información de la hiper realidad de los 00's(¿algo perdurará realmente de ese maremágnum?) y el abuelo cebolleta, "en mis tiempos se hacía mejor".

Temo convertirme en el tipo siniestro de la tienda de alquiler de discos de mi juventud. A la que yo llegaba con los oídos frescos y jóvenes, sorprendiéndome de todo, (re) descubriéndolo todo, y era recibido por los sarcasmos, a lo "vendedor de tienda de comics" de los Simpson.

He logrado mantener parte de la curiosidad durante años, de la capacidad de buscar y dejarse enamorar por la música. Pero lo renonozco. Cuando encuentro por la calle su jeta de perdedor, de crítico de mostrador de videoclub, de amargo aguafiestas, veo algo que se ha abierto paso. "The Kids are allright" decían los Who. Tal vez solo hemos dejado de tener los oídos abiertos para comprenderlo.

Siempre nos quedará I am The Resurrection.

Tuesday, October 12, 2010

I'll Never Give Up


El escritor Norman Spinrad, un visionario para muchas cosas que están acaeciendo hoy en día, ha grabado un video, temiendo, creo, la derrota demócrata en las legislativas americanas.

Se trata de un discurso dirigido para que lo acepte y lea el presidente como parte de su propio programa, un discurso en el que le anima a tomar medidas decidiamente Rooseveltianas.

Impuestos a las grandes fortunas revocando los privilegios fiscales que aumentaron en la era Bush, reduciendo el déficit, y permitiendo el saneamiento de la iniciativa pública en la creación de empleo y provisión de servicios, aumento del salario mínimo, para dotar a los consumidores internos de fondos que sostengan la economía del país; una intervención decidida para acabar con las burbujas de las hipotecas ("People who borrow money from banks or other such primary financial institutions should have the right to deal directly with the original lender on all matters relating to the loan"), y un impuesto pensado específicamente para penalizar a las empresas corporativas que alcanzan beneficios desproporcionados acercándose a posiciones cuasi-monopolísticas.

Parece un llamamiento desesperado para que el presidente de la esperanza y del Yes we can no traicione las promesas, ni haga un ejercicio de gatopardismo dándo la espalda a unas bases decepcionadas y ansiosas, impacientes y día a día más repletas de dudas, en un proceso en el que la decepción, un sentimiento cada vez más fuerte, puede contagiarlo todo (sentimiento un poco menos inexorable, justificado, y cubierto de silbidos, que en nuestro propio país. Pero claramente parte del mismo malestar natural ante la impotencia y la cobardía política, ante los intereses partidistas y las componendas con el establishment).

El documento del lúcido Spinrad termina de forma contundente:

"I will fight for it beyond this Congressional election if need be. I will carry it forth into the next election if I have to. I will never give up."

Discurso en el blog de Norman Spinrad.

Sunday, October 03, 2010

Community






Community es mi serie de humor preferida hoy por hoy. La premisa es sencilla, y da mucho juego. La devaluada universidad pública estadounidense, y su mala fama, con el catálogo de perdedores correspondientes como protagonistas.

Cierto, daba para una serie con más mal rollo, y mala baba, pero aún a pesar del tono amable y del humor relativamente blanco, aún con los puntuales puntos de fuga de personajes incorrectos y juegos con los arquetipos y clichés, es una de las mejores comedias americanas del momento.

Community en ocasiones es hilarante, siempre inteligente, no demasiado belicosa, pero consciente de sus propios códigos: El personaje de Abed (un enfermo de la cultura pop y televisiva) le da una metarreferencialidad sorprendente; Habla de tensiones sexuales no resueltas o cancelaciones, de códigos no escritos de las sitcoms, o transforma la vida de sus compañeros en su propia ficción.

Las referencias cinéfilas y/o culturales no andan a la zaga: de Goodfellas a El Padrino, de John Woo a Happy Days...El indomable Wil hunting, o El señor de los Anillos.

Los personajes, dentro de sus nichos estereotipados, son humanos, respiran, y se exponen al ridículo más espantoso en ocasiones (ligero toque Gervais). Las actuaciones son excelentes, incluso en el caso de Chase (increíble reivindicación), la química entre ellos sorprendente.

Jeff Winkler (ex abogado inhabilitado por falsificar un título de derecho por Colombia como si lo fuese por Columbia) como improbable líder de naturaleza individualista y mezquina, pero de buen fondo, parece una traslación de las experiencias universitarias del propio creador de la serie.

Pero la estrella es Alison Brie (suspiros). Brilla en cada intervención como la inocente, neurótica e insegura Annie. Su personaje es un regalo, y ella responde. Sólo por Alison Brie, valdría la pena. Si al final sumamos guiones notables, episodios redondos (como el del paintball), secundarios legendarios (el señor Chang), obtenemos una serie muy por encima de las comedias que acaparan miradas (¿alguien entiende el triunfo de la increíblemente sosa Big Bang Theory?).

El hecho de ser capaces de jugar con sus propios clichés (el viejo racista y homófobo, los estudiantes negros, la feminista vegetariana, el abogado amoral, el freak cinéfilo, etc, etc) y utilizarlos como material para jugar con los espectadores, explica, junta a la química del reparto, parte de la complicidad que generan esos estudiantes que acaban siendo tus propios compañeros.

¿El único pero?

A mi me gusta más la mala uva, las cargas de profunidad, algo que solo se consigue cuando los personajes más extremos se ponen políticamente incorrectos. Aún así, una serie más inteligente que las pocas tentativas precedentes de humor de college en la tv, quizás con la honrosa excepción del Undeclared de Apatow.